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BOGOTA (AFP).- Veinte militares murieron este jueves al estrellarse un helicóptero Black Hawk al sur del país, en lo que se constituye en el mayor revés del Plan Patriota, iniciado el año pasado y considerado como la mayor ofensiva en la historia contra la guerrilla de las FARC.
El comandante del Ejército, general Reinaldo Castellanos, informó que «en desarrollo de operaciones militares adelantadas en el municipio de Manguipayán, en el departamento de Nariño, un helicóptero adscrito a la brigada de aviación del Ejército se accidentó al entrar en condiciones meteorológicas imprevistas».
«La aeronave Black Hawk, perteneciente al Plan Colombia, apoyaba operaciones militares contra el narcotráfico, planeadas y dirigidas contra los grupos que delinquen al sur del país», señaló el oficial a través de un comunicado.
Según el reporte oficial, el accidente se produjo en la madrugada de este jueves (05H20 GMT) cuando el helicóptero participaba -junto a otras siete aeronaves- en una operación de asalto aéreo.
En diálogo con medios locales, Castellanos señaló que la primera hipótesis es que el hecho se produjo por condiciones meteorológicas adversas en el momento de las maniobras para el asalto aéreo pero -dijo- «vamos a complementar dicho reporte en el día de hoy».
«Nuestras tropas ya están en el área y tenemos todo bajo control», añadió Castellanos.
El comandante se trasladó hasta el lugar del accidente (900 km al sur de Bogotá, cerca de la frontera con Ecuador) donde una comisión técnica rescata los cuerpos de los uniformados y establece las causas del accidente.
El gobernador de Nariño, Eduardo Zúñiga, señaló que la zona donde ocurrió el accidente permanece con niebla y que ello dificulta el transporte de aeronaves. Además, que los cuerpos de las víctimas serán trasladados a la cercana ciudad de Cali.
El de este jueves se constituye en el mayor revés militar que ha sufrido el Ejército colombiano en desarrollo del Plan Patriota, una ofensiva de la que forman parte unos 17.000 hombres, diseñada y financiada por Estados Unidos para combatir a grupos rebeldes en las selvas del sur de Colombia.
El Plan Patriota se lleva a cabo en los selváticos departamentos del sur del país donde se estima que las FARC -la principal guerrilla del país con unos 17.000 combatientes- concentran su mayor poderío militar.
Un incidente similar ocurrió en junio pasado, cuando un helicóptero particular M-I 17 de fabricación rusa que transportaba a 21 militares, se incendió en el noreste colombiano pero los ocupantes resultaron ilesos.
Días antes, otro helicóptero militar sufrió un accidente y fragmentos de las aspas causaron la muerte a un soldado de la base de Tres Esquinas, en el sureño departamento de Caquetá, además de impactar sin consecuencias el avión del ministro de Defensa, Jorge Uribe, quien en ese momento pasaba revista a las tropas.
Igualmente, el pasado 15 de junio un helicóptero Black Hawk de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) se accidentó en el sector selvático de Peñas Coloradas (Caquetá) sin provocar muertos.
Las FARC han pronosticado el «fracaso» del Plan Patriota señalando que las tropas no soportarán la dureza de los combates en medio de las condiciones adversas de la selva, mientras que grupos de derechos humanos sostienen que la estrategia disparó los desplazamientos masivos.
Washington, que asegura que el Plan Patriota es una estrategia de «largo aliento» para obligar a las FARC a negociar, ha otorgado a Bogotá, desde el año 2000, recursos por 3.300 millones de dólares en el marco del Plan Colombia de lucha antidrogas y contrainsurgente.
