MOSCÚ (EFE).- Un total de 29 personas murieron y otras 23 salvaron la vida en el accidente que sufrió ayer un avión An-24 en el norte de Rusia, informó el ministerio de Situaciones de Emergencia.

El portavoz de la cartera, Víctor Beltsov, desmintió el anuncio del Ministerio de Transporte sobre la muerte de todos los pasajeros y tripulantes y confirmó la existencia de 23 sobrevivientes de la catástrofe, casi todos heridos y diez «en estado muy grave».

«Los cadáveres de los 29 muertos ya fueron recuperados de los restos calcinados del avión», dijo el portavoz a las agencias rusas.

Beltsov precisó que a bordo del avión siniestrado volaban 52 personas: 45 pasajeros, todos operarios y gerentes de la compañía petrolera Naryán-Marneftegaz, y siete tripulantes, es decir tres pilotos y cuatro azafatas.

Entre los sobrevivientes del accidente, que están siendo trasladados en helicópteros a los centros médicos de la zona, figuran 17 operarios de la petrolera y uno de sus gestores, más cinco integrantes de la tripulación.

El avión de pasajeros, perteneciente a la compañía Aerolíneas Regionales, con sede en la ciudad siberiana de Kémerovo, cubría la ruta Ufá-Perm-Usinsk-Varandei y cayó poco antes de hacer una escala en esta última localidad, en la costa del mar de Barents.

El An-24 cayó sobre el ala izquierda y se incendió a las 10:57 GMT a cinco kilómetros de distancia del aeropuerto de Varandei, al intentar un aterrizaje de emergencia en condiciones de baja visibilidad debido a una densa niebla.

Al lugar donde cayó el aparato se desplazaron inmediatamente varios helicópteros Mi-8 con socorristas y médicos.