Caracas.– Tres personas murieron electrocutadas en tres ciudades de Venezuela en las últimas 48 horas al intentar “sabotear” el sistema eléctrico nacional, informó hoy el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez.

“En menos de 48 horas han muerto tres personas, y esto no es casual (…) tres personas atacando el sistema en los estados Carabobo (centro), Bolívar (sur), y Apure (suroeste)”, indicó el ministro venezolano en un reporte sobre la situación eléctrica del país transmitido en la televisión estatal VTV.

El funcionario venezolano sumó estos eventos a otros dos denunciados hace una semana en los estado Zulia (noroeste) y Barinas (oeste) en donde se registraron derrames de agua y aceites y una explosión que dejó sin luz “gran parte del occidente”, dijo el ministro que sostuvo que todos estos eventos fueron intencionalmente provocados para afectar al Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Motta Domínguez apuntó a que estos supuestos “ataques” se dan justo en un momento en el que las autoridades están logrando recuperar los niveles críticos de las principales centrales hidroeléctricas del país muy afectadas por el impacto de la sequía que había mantenido los niveles de las represas por debajo de los mínimos óptimos.

El ministro informó que las lluvias de las últimas semanas han permitido la recuperación de El Guri, la reserva que sirve a la principal hidroeléctrica, que llegó a rondar los 180 metros, muy por debajo de los niveles mínimos de funcionamiento y que hoy, según dijo, se acerca a los 247,11 metros sobre el nivel del mar.

“La cota hoy amaneció en 247,11, sin embargo; hay zonas todavía de El Guri que están secas, estamos evaluando, salimos todos los días a tomar las medidas (…) los pronósticos son muy buenos”, informó.

Venezuela está actualmente bajo un régimen de racionamiento en todo el territorio para atender los problemas de abastecimiento eléctrico que atraviesa el país.

Las medidas incluye los corte de electricidad al menos una vez al día por hasta cuatro horas, jornadas de trabajo reducidas a tres días a la semana, y la obligación de los centros comerciales de autoabastecer su propia energía por hasta nueve horas diarias.