Nueva Delhi.- EFE
Una estampida que se cobró la vida de al menos 30 personas y dejó otras 60 heridas, según cifras oficiales, ensombreció ayer la celebración del Kumbh Mela, el multitudinario festival religioso hindú en el norte de la India, cuya logística y organización supone una prueba de fuego para el Gobierno.
La estampida tuvo lugar entre la 01-00 y las 02-00 de la madrugada (19-30 y 20-30 GMT del martes) cuando millones de peregrinos se dirigían a bañarse en la confluencia de varios ríos sagrados en la ciudad de Prayagraj, en el estado de Uttar Pradesh, un rito que, según las creencias, los purifica de sus pecados.
“Debido a una gran multitud, las barricadas (de los accesos a los lugares de baño) se rompieron y la multitud atropelló a los devotos que esperaban para darse un baño sagrado”, se informó.