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RIAD (AFP).- Por lo menos cuatro personas murieron y 148 resultaron heridas ayer miércoles en un atentado con coche bomba perpetrado delante del cuartel general de las fuerzas de seguridad en Riad, según un balance oficial anunciado por un portavoz del ministerio del Interior.
Fuentes policiales habían informado poco antes que el atentado había provocado ocho muertos y 113 heridos.
«Los muertos son cuatro, dos miembros de las fuerzas de seguridad, un funcionario civil y una niña de 11 años de nacionalidad siria», aclaró un portavoz del ministerio del Interior en declaraciones a la televisión de Estado.
Entre los heridos figuran 45 personas hospitalizadas en estado grave, según el mismo portavoz.
En un comunicado oficial, el Ministerio del Interior saudita indicó que el atentado había provocado «destrucciones» en el barrio y víctimas entre la población y las fuerzas de seguridad.
«Hacia las 14h00 locales (11h00 GMT), un vehículo intentó entrar a la sede de la dirección general de tráfico en Riad. Los guardias de la oficina reaccionaron tal como se requiere en este tipo de circunstancias. Entonces, el conductor hizo explotar su vehículo a 30 metros de la entrada», agregó un portavoz del ministerio, citado en el comunicado que publica la agencia oficial SPA.
«Vi un vehículo que intentó forzar la barrera. Pero la policía lo impidió. Entonces, el chófer dio media vuelta y el vehículo explotó», contó a la AFP un testigo.
La explosión sacudió un inmueble de siete pisos que forma parte del cuartel general de las fuerzas de seguridad, ubicado en el barrio Al Washm, en el centro de la capital. Una gran columna de humo negro se elevaba sobre el edificio.
La fachada oriental del edificio, que albergaba servicios del departamento de seguridad pública, quedó completamente devastada. Decenas de vehículos, estacionados en torno al inmueble y en un aparcamiento resultaron dañados.
Las fuerzas de seguridad cerraron el acceso al barrio y un helicóptero de defensa civil sobrevoló el sector, mientras personal médico recogía restos humanos en la zona.
«Vi una pierna», indicó el periodista de la AFP en el lugar.
Los policías, muy nerviosos, exigieron a los curiosos y a los periodistas que se alejaran de la zona de la explosión.
El miedo a atentados mantiene en vilo al reino desde los ataques suicidas con coches bomba en mayo y noviembre de 2003 contra complejos residenciales de extranjeros que dejaron 52 muertos, entre ellos ocho norteamericanos.
El pasado jueves, Estados Unidos anunció que pediría al personal diplomático norteamericano no esencial que abandonara Arabia Saudita por motivos de seguridad.
El príncipo heredero de Arabia, Abdalá ben Abdel Aziz, reafirmó el martes la determinación de la autoridades de combatir el terrorismo en el reino. Desde hace varios meses se llevan a cabo operaciones contra presuntos islamistas tras los atentados con coche bomba de mayo y noviembre, reivindicados por la red Al Qaida.
En los últimos meses se registraron en el reino varios enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y presuntos extremistas, que dejaron un saldo de varios muertos y heridos en ambas partes.
