Mueren 40 en ataques

<p>Mueren 40 en ataques</p>

BAGDAD (AFP).- Al menos 40 personas perdieron la vida ayer en una nueva ola de atentados con bomba en varios mercados de la capital de Irak y otros ataques en el país, mientras el primer ministro, Nuri Al Maliki, subrayó una ofensiva anti-rebeldes para devolver la seguridad a la violenta Bagdad.

Las explosiones -que también causaron 80 heridos- se produjeron en concomitancia con la aprobación unánime por parte del Parlamento iraquí del nuevo plan de seguridad para Bagdad, que pretende atajar la violencia confesional que afecta a la capital. Este plan prevé un refuerzo draconiano de la seguridad, con el despliegue en la capital de 35.000 militares estadounidenses y 50.000 policías y soldados iraquíes.

En el peor atentado, un kamikaze hizo explotar el vehículo en el que se encontraba cerca de una patrulla policial, en una calle comercial del céntrico barrio bagdadí de Karrada, matando a 25 personas e hiriendo a otras 50, declaró una fuente de seguridad iraquí. Antes del atentado en Karrada, “cuatro personas murieron y 20 resultaron heridas al estallar una moto bomba estacionada en una de las callejuelas del mercado de Chorja, uno de los más antiguos de Bagdad”, precisaron fuentes de seguridad

 

 

En Bayah, un barrio del suroeste de la capital, dos bombas explotaron en una artería comercial causando tres muertos y siete heridos.

   En las últimas semanas los rebeldes empezaron a realizar sus ataques en zonas comerciales de Bagdad con el objetivo de causar el mayor número posible de muertos.

   El lunes un ataque coordinado de coches bomba mató a 88 personas en un mercado bagdadí, en la acción más sangrienta en los que va de año en Irak.

   Asimismo, este jueves fallecieron otras otras ocho personas en diversos ataques en el resto de Irak.

   Además, un militar estadounidense murió este jueves por el estallido de una bomba cerca de Bagdad, con lo que ascienden a 3.060 las bajas norteamericanas desde la invasión del país, en marzo de 2003.

   La violencia coincidió con la advertencia de Maliki de reforzar la lucha contra los insurgentes.

   “Todos los que infrinjan la ley serán perseguidos”, aseveró Maliki en el Parlamento, antes de la votación del nuevo plan de seguridad para Bagdad.

   Este último fue apoyado también por los sufragios de los diputados leales al líder radical chiita Moqtada al-Sadr, cuya milicia del Ejército del Mahdi fue objeto en días pasados de varias acciones de las fuerzas iraquíes y estadounidenses.

   El jefe de gobierno iraquí aseguró que no se permitirá que los lugares religiosos sean “refugios para los que violan la ley”, y anunció que según el nuevo plan para la seguridad de Bagdad se prohibirá llevar armas en público.

   Por su parte, unos 30 insurgentes murieron y 26 otros fueron detenidos durante una operación militar conjunta iraquí-estadounidense lanzada en el barrio bagdadí de Haifa, según indicó el portavoz del ministerio, Mohammad al-Askari, en una declaración por televisión el miércoles en la noche.

   Soldados iraquíes apoyados por las fuerzas estadounidenses lanzaron la operación bautizada “Tomahawk Strike 11”, que apunta a desmantelar las milicias ilegales y retomar el control de la calle Haifa, un bastión sunita, situado a menos de dos kilómetros de la Zona Verde.

 

 

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