Mueren 75 en un sangriento atentado Irak

Mueren 75 en un sangriento atentado Irak

JANEQIN, Irak (AFP) – Dos atentados suicidas, a cargo de dos kamikazes que accionaron sus bombas entre los fieles en dos mezquitas chiítas en Janeqin, al noreste de Bagdad, provocaron este viernes al menos 75 muertos. Horas antes, otros dos atentados suicidas con coche bomba de forma casi simultánea, que se dirigían aparentemente contra un hotel habitado por extranjeros, devastaron un barrio residencial del sur de Bagdad y causaron la muerte al menos a seis personas, entre ellas una mujer y dos niños.

   Según el jefe del Consejo Regional de la provincia de Diyala, Ibrahim Hassan al Bajellane, 75 personas perdieron la vida y 90 resultaron heridas en los atentados contra dos mezquitas en la localidad de Janeqin, situada en la frontera iraní, 170 kilómetros al noreste de Bagdad.

   Se trata de uno de los ataques antichiítas más sangrientos desde el fin de las operaciones mayores en Irak, el 1 de mayo del año 2003.

   El director del hospital de Janeqin, Kameran Ahmed Mehdi, precisó a la AFP que 30 cuerpos quedaron completamente desfigurados y todavía no ha sido posible identificarlos.

   El balance podría ser más elevado, según temen algunos testigos porque aún hay cuerpos entre los escombros de la gran mezquita. Uno de estos testigos habla de al menos ocho cuerpos sepultados bajo los escombros.

   Las tareas de socorro fueron suspendidas al caer la noche y no se reemprendrán hasta el sábado por la mañana, constató un periodista de la AFP.

   Los dos kamikazes se hicieron explotar en las dos mezquitas chiítas frecuentadas por los kurdos llamados faylis. Una de las personas que sobrevivió explicó que «los dos suicidas se mezclaron entre los fieles y activaron sus bombas durante las plegarias», con cuatro minutos de diferencia entre uno y otro.

   Las dos mezquitas, la Husseynia Al Mazraa y la del Mehdi, quedaron parcialmente destruidas. El techo de una de ellas se derrumbó sobre los fieles y se pueden ver rastros de sangre por todos sitios.

   Poco antes de estos atentados, un coche bomba explotó cerca del banco de Janeqin, informó una fuente del ministerio del Interior.

   La provincia de Diyala abrita comunidades kurdas, sunitas y chiítas, así como turcomanas. Los kurdos fueron expulsados de sus hogares de Janeqin bajo el régimen de Saddam Hussein durante la campaña de arabización forzada en estas regiones.

   Tras la caída del anterior régimen, en abril de 2003, muchos kurdos han vuelto a la zona y, a su vez, han expulsado a los nuevos ocupantes árabes para recuperar sus bienes. Las personas desplazadas viven ahora en campos de provisionales en Moqdadiya, 70 kilómetros más al sur.

   Por su parte, las explosiones de los coches bomba en Bagdad se produjeron cerca del hotel Hamra, frecuentado por extranjeros, y del centro de detención de Jadriyah, que depende del ministerio del Interior, donde el domingo se descubrió que se torturaba a los prisoneros sunitas.

   Los dos atentados sorprendieron a los habitantes que todavía no se habían despertado este viernes, día de fiesta en el mundo musulmán.

   El ataque abrió una brecha en la pared de cemento que protege el hotel, pero los vehículos no pudieron ir más allá. Se trata de un método parecido al utilizado el 24 de octubre cuando la explosión de otros dos vehículos rompieron el perímetro de cemento de los hoteles Palestina y Sheraton.

   Por otro lado , un candidato chiíta independiente a las legislativas del 15 de diciembre, Taufic al Yasseri, fue secuestrado el jueves en su domicilio de Bagada por hombres armados, informaron fuentes policiales.

   Al oeste de Bagdad, en Ramadi, las fuerzas iraquíes y norteamericanas mataron el jueves a 32 rebeldes, indicó el ejército.

   Finalmente, el presidente de la región autónoma kurda de Irak, Massud Barzani, afirmó que su comunidad se vería obligada a proclamar la independencia si una guerra civil estalla en el país.

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