BAGDAD (AP).- Atacantes suicidas que vestían capas de mujeres se inmolaron el viernes en una mezquita chií del norte de Bagdad, matando a por lo menos 79 personas y lesionando a más de 160, dijo la policía. Fue el segundo ataque dinamitero contra blancos chiíes en dos días.

La violencia tuvo lugar cuando el embajador estadounidense Zalmay Jalilzad advirtió que Irak enfrenta la posibilidad de una guerra civil sectaria si los esfuerzos por forjar un gobierno de unidad nacional no prosperan, y que ese conflicto podría afectar a todo Medio Oriente.

El teniente coronel de la policía Falah al-Mohammedaui manifestó que los ataques tuvieron lugar en la mezquita Buratha, relacionada con el Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak, el principal partido chií del país.

Jalal Eddin al-Sagheer, el predicador de la mezquita y uno de los principales políticos del país, dijo que los atacantes fueron tres. Uno llegó por el puesto de seguridad de mujeres y se inmoló primero, indicó. Otro estaba en el jardín de la mezquita y el tercero ingresó a su oficina antes de inmolarse, manifestó al-Sagheer, que resultó ileso.

Acusó a los políticos y clérigos suníes de alentar una «campaña de distorsiones y mentiras contra la mezquita Buratha, denunciando que tiene a prisioneros suníes y tumbas colectivas de suníes’’.

«Los chiíes son el blanco de esta guerra sucia sectaria librada contra ellos mientras el mundo observa en silencio’’, declaró al canal de televisión Al-Arabiya. El atentado tuvo lugar mientras los feligreses abandonaban la mezquita al finalizar las oraciones del viernes, la principal jornada religiosa de la semana.

Los rescatistas sacaban los cadáveres de la mezquita y los colocaban en carretillas de madera improvisadas para trasladarlos a camionetas.