BAGDAD (AP).- Mientras los iraquíes aguardaban ayer, viernes, la instalación de su nuevo gobierno de unidad nacional, una serie de ataques mató a diez iraquíes e hirió a 26, incluyendo un soldado estadounidense que conducía un barreminas. El sábado, los legisladores se proponen tomar juramento a un nuevo ministro y un gabinete, completando la transición democrática que comenzó en diciembre con la elección del parlamento.

Un objetivo central del nuevo gobierno será restablecer la seguridad en Irak, donde la violencia sectaria y los ataques de los insurgentes y las milicias han dejado muchos muertos y han obligado a miles de familias de iraquíes a huir de sus hogares. El gobierno estadounidense espera que una democracia plena logre unir la compleja variedad de chiíes, sunis y curdos, reducir el apoyo público a los insurgentes y las milicias, y posibilitar el comienzo del retiro de los soldados estadounidenses en algún momento durante este año.

En un discurso en Bagdad el jueves por la noche, el embajador estadounidense Zalmay Khalilzad elogió al primer ministro saliente iraquí, Ibrahim al-Jaafari, y dijo que la instalación del nuevo gobierno será «un paso histórico en la transición iraquí de la dictadura a la democracia’’.  En el peor hecho de violencia el viernes, un tiroteo entre insurgentes y policías dejó cinco civiles muertos y ocho heridos en Jihad, un vecindario en el oeste de Bagdad, dijo el teniente de policía Maitham Abdul-Razzaq.