POR SORANGE BATISTA
Dos personas muertas y decenas de damnificados es el saldo que hasta ayer se había producido en La Ciénaga, debido a los fuertes aguaceros provocados por la tormenta Noel.

Los hermanos Ronny y Johny Rodríguez de 40 y 26 años murieron en la madrugada  luego que un deslizamiento de tierra aplastara por completo la vivienda donde  dormían.

 El mismo alud de tierra sorprendió a Gregorio Núñez junto a su esposa e hija de 8 meses, quienes tuvieron que hacer múltiples esfuerzos para salir de  entre los pedazos de zinc y madera que les cayeron encima, afortunadamente, sin provocarles lesiones  de cuidado.

 Según vecinos, los hermanos Rodríguez llevaban unos seis meses residiendo en la calle respaldo La Marina, donde ayer alrededor de la una de la madrugada, murieron.

Relataron que allí todos gritaron de terror, menos las dos víctimas, cuyos cuerpos estuvieron sepultados hasta las 8:00 de la mañana debido a que los bomberos no pudieron desenterrarlos en el momento del hecho por las condiciones del tiempo, a pesar de contar con equipos especiales.

COMO ESPERABAN

Ayer en esta popular barriada imperaba un ambiente de incertidumbre y desolación entre sus habitantes. Las sospechas que tenían desde el viernes se hicieron realidad y las lluvias fortalecieron el cauce del Ozama que reclamó, como de costumbre, su espacio.

 Víctima de ese ‘reclamo’ fue el señor Pascual Matos quien, con lágrimas, se preguntaba qué iba a ser de su esposa e hijos si el río se lo llevó todo.

“Hasta RD$1000 que yo junte para hacer una comprita porque mi mujer está a punto de dar a luz”. “Mis hijos ahora están en el aire”, expresó.

“Yo soy un hombre de trabajo, yo chiripeo”, agregó mientras mostraba sus manos laceradas y se ahogaba en llanto.

 Narró que el domingo en la noche  el río los dejó sólo con lo que llevaban encima. Sus hijos de 16, 14 y 11 años se refugiaron junto a su esposa embarazada en casa de familiares.

Al igual que él decenas de familias en La Ciénaga y sectores aledaños tenían ayer una historia que contar.

 Aunque conscientes del  peligro que los acechaba con la creciente del río y  la saturación de la tierra en los derricaderos, muchos como Pascual ayer se lamentaban de las pérdidas.

  Con las manos en la cabeza y la mirada perdida claman a las autoridades por atención. Muchos dicen que no tienen dónde ir y por eso siguen ahí, a expensas de las inclemencias del clima.

Sin ayuda

A mediodía de ayer las familias de La Ciénaga afectadas por las inundaciones y por los deslizamientos esperaban el auxilio de la Defensa Civil y demás organismos de socorro.

 Sólo miembros de la Marina de Guerra en coordinación con organizaciones comunitarias como  CODECI Y Junta de Vecinos La Unión recorrían las calles evaluando los efectos de la tormenta.

Los moradores de la calle respaldo La Marina esperan la ocurrencia de más derrumbes.

 Los mayores daños ocurrieron en la zona de Los Cocos y  Los Farallones, donde más de 20 familias resultaron severamente afectadas por las lluvias.

 A pesar de la desgracia que afectó gran parte de esta barriada y al país  grupos de jóvenes en La Ciénaga ocuparon las calles botella en mano a ritmo de regueton como si se tratara de una fiesta.