HIGÜEY. Dos reclusos de la cárcel preventiva de esta ciudad murieron entre miércoles y jueves afectados por diversos males y por las condiciones de hacinamiento en que se encontraban.

Los muertos fueron identificados como Antonio Santana Salas, de 30 años de edad y Raúl William Ford Azor, de nacionalidad haitiana, los cuales guardaban prisión por violación a la Ley 50-88, sobre Drogas.

El primero falleció en el Hospital Nuestra Señora de La Altagracia, afectado del Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA), diabetes y tuberculosis, mientras que el segundo expiró a consecuencia de un paro cardiorespiratorio, a confirmar por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).

Santana Salas se encontraba internado en el referido centro de salud y murió a las 5:00 de la mañana del pasado miércoles, en tanto que Ford Azor fue encontrado muerto en la celda a las 8:00 de la mañana del ayer jueves.

Debido a que la cárcel preventiva de aquí consta de una sola celda con capacidad para 40 reclusos y normalmente tiene más de 150, se hace recurrente el traslado de presos hacia el Hospital Nuestra Señora de La Altagracia.

Los presos preventivos alojados en la cárcel tienen que luchar entre sí para conseguir un espacio cerca de la puerta y las ventanas de barrotes para poder respirar, “además del intenso calor que hace, el recinto es lo más parecido al infierno”, de acuerdo a lo que relatan algunos de los detenidos.

Ciento cincuenta hombres, apiñados de pies, algunos con enfermedades terminales o contagiosas, sólo cuentan con un baño que en ocasiones despide un olor nauseabundo dijeron algunos de los reclusos.

El pasado Gobierno construyó un moderno centro de corrección y rehabilitación en el sector Anamuya, al Norte de esta ciudad, con capacidad para mil doscientos internos, pero ya está lleno.