BAGDAD (AFP).- Dos soldados estadounidenses murieron y cinco resultaron heridos ayer lunes en dos ataques distintos en Irak, donde los «Muyaidines de Faluja», que dicen representar a la guerrilla de esa ciudad rebelde situada a 50 km al oeste de Bagdad, prohibieron los ataques «contra la policía y el ejército iraquíes».
Además, dos niños murieron y otros cuatro resultaron heridos el lunes por la tarde en una explosión ocurrida en una escuela primaria del barrio chiíta de Kadhimiya, en Bagdad, anunció el ejército estadounidense, según el cual al parecer se trata de un atentado cometido con una bomba. La policía iraquí había declarado antes que una explosión accidental causó la muerte de una niña e hirió a otros dos menores.
«La resistencia de Faluja anuncia el cese total de todos los ataques contra los policías y los miembros del ejército (iraquí) hasta nueva orden», anunciaron los «Muyaidines de Faluja» en las octavillas que repartieron por la ciudad.
La semana pasada, dos atentados suicida cometidos con coches bomba causaron la muerte de casi un centenar de aspirantes a policías y a reclutas del nuevo ejército de Irak.
En el terreno, un soldado estadounidense murió y otros cuatro resultaron heridos el lunes al estallar una bomba al paso de su vehículo en Baaquba (60 km al noreste de Bagdad), según un portavoz del ejército estadounidense.
Poco antes, un soldado estadounidense murió y otro resultó herido el lunes al estallar una bomba artesanal al paso de su vehículo en el centro de Bagdad, indicó un portavoz del ejército estadounidense.
«Un miembro de la policía militar perteneciente a la primera división blindada murió y otro quedó herido en la explosión de un artefacto artesanal que afectó a una patrulla de tres vehículos a las 06H20 GMT», dijo ese portavoz.
Entretanto, los chiítas iraquíes afirmaron haber preparado soluciones alternativas en caso de que la ONU considere oficialmente imposible organizar elecciones directas antes del 30 de junio, mientras Estados Unidos dice querer estudiar otras soluciones para el traspaso de poderes.
«La marjaiya (dirección religiosa chiíta) estableció una serie de soluciones alternativas que no podemos revelar ahora pues esperamos una respuesta de la ONU», declaró a la AFP el jeque Abdel Mahdi al Karbalai, representante del gran ayatolá Alí Sistani, referencia espiritual de los chiítas, mayoritarios en el país.
El mismo día en Kuwait, el canciller iraquí Hoshyar Zebari estimó que sería «extremadamente difícil» celebrar elecciones «creíbles y justas» en Irak antes del 30 de junio, fecha prevista para la transferencia del poder a los iraquíes.
La autoridad religiosa de los chiítas reclama, contra la opinión de los estadounidenses, que la Asamblea Nacional transitoria (que debería designar el gobierno al cual la coalición entregará el poder) sea elegida por sufragio universal directo antes de ese día y no por un colegio de grandes electores, como está previsto.
La semana pasada, la ONU envió a Irak una misión dirigida por el consejero especial del secretario general de la ONU, Kofi Annan, Lajdar Brahimi, quien descartó la posibilidad de convocar los comicios antes del 30 de junio. Pero la ONU no dará a conocer oficialmente sus propuestas hasta dentro de unos días.
Por otra parte, el ex presidente del Parlamento iraquí en la época de Saddam Hussein, Saadun Hamadi, de 74 años, fue liberado el sábado por las fuerzas estadounidenses tras nueve meses de detención, declaró el lunes a la AFP un vigilante de su casa en Bagdad, Jasem Allaui.
Hasta ahora, habían sido liberados otros dos dirigentes del antiguo régimen: el ex ministro de Salud Umid Mehdat Mubarak y ex ministro de Información Mohamad Said al Sahhaf.