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FALUYA, Irak.- Al menos ocho iraquíes fueron muertos y otros 36 resultaron heridos la noche del sábado, a consecuencia de bombardeos y de nuevos combates entre las fuerzas norteamericanas e insurgentes en la ciudad rebelde sunita de Faluya, al oeste de Bagdad, informaron fuentes médicas.
«Tenemos ocho muertos y 36 heridos debidos a los bombardeos y los choques», en Faluya, entre tropas norteamericanas y los insurgentes, indicó a la AFP el doctor Rafih Al Issawi, director del principal hospital de Faluya.
Fuertes explosiones sacudieron la ciudad rebelde del oeste de Bagdad, la noche del sábado al domingo, según un corresponsal de la AFP.
Las explosiones, debidas al parecer a un nuevo bombardeo norteamericano, ocurrieron en el noreste de la ciudad, en el barrio denominado Al Askari.
CEDE ANTE INSURGENTES
La empresa kuwaití para la que trabajan los siete camioneros secuestrados hace dos semanas en Irak anunció ayer que acepta las condiciones de los secuestradores y suspenderá sus actividades en Irak para salvar la vida de sus empleados.
La empresa aceptó, asimismo, compensar a los habitantes de la ciudad iraquí de Faluya, asediada y atacada por las tropas estadounidenses, tal y como exigían los captores, informó el canal de televisión por satélite qatarí, Al-Yazira.
Los siete camioneros -tres indios, tres kenianos y un egipcio- habían sido capturados hace 10 días cuando su convoy viajaba de Kuwait a Bagdad.
LIBERAN REHÉN TURCO
Un rehén turco fue liberado por sus secuestradores tras dos semanas de cautiverio en Irak, mientras ayer proseguían las negociaciones para conseguir la liberación de otros camioneros extranjeros raptados por grupos armados, algunos de los cuales están amenazados de muerte.
El camionero turco Mehmet Dayar apareció junto a una carretera cerca de Mosul, en el norte de Irak, desde donde unos camioneros turcos lo llevaron de vuelta a su casa de Cizre (sureste de Turquía), explicó su hermano Titan.
«Está bien. Nos ha dicho que no podía imaginarse volver a viajar a Irak», declaró su hermano .
Con los raptos que se multiplican últimamente, los secuestradores pretenden obligar a las empresas extranjeras que trabajan en Irak a que dejen de colaborar con las fuerzas ocupantes y con las autoridades del país establecidas por Estados Unidos.
