Muerte al Reglamento 824

Muerte al Reglamento 824

Mucho se ha hablado a través del tiempo de la necesidad de regular la publicidad que se lleva a cabo en nuestro país respondiendo a reclamos a veces justificados y en otras ocasiones producto de intereses no claramente identificados y/o muy particulares.

En cada oportunidad los esfuerzos se han visto frustrados, fundamentalmente por la falta de los mecanismos adecuados para su implementación (todavía se habla entre nosotros del famoso y obsoleto Reglamento 824 de Espectáculos Públicos y Radiofonía) y debido también al errado enfoque que tradicionalmente ha colocado la solución de este problema en manos del Estado y de sus organismos de coerción, aplicables exclusivamente desde el punto de vista de una Ley proveniente del Congreso Nacional.

Evidentemente hay muchas personas que no se han percatado de que los tiempos han cambiado y hoy en muchos países esta responsabilidad es asumida por la propia industria publicitaria, conscientes como están sus protagonistas de la enorme influencia que sobre la población ejercen mediante el ejercicio de su función en la comunicación comercial. Por ello ha ganado tanto terreno en otros mercados el concepto de la Autorregulación Publicitaria y en la actualidad se piensa que las normas, las reglas y las limitaciones que deben regir el ejercicio de esta función pública sean impuestas orgánicamente por los tres sectores fundamentales que intervienen en su aplicación, vale decir anunciantes, agencias de publicidad y medios de comunicación.

En países como México, Brasil, Colombia, Argentina, Uruguay y otros muchos este enfoque ha resultado práctico y conveniente habiéndose resuelto en esos mercados situaciones sumamente complicados mediante la creación del Conar o Consejo Nacional de Autorregulación, una especie de comisión rectora de la publicidad que se encarga de vigilar el cumplimiento de las normas establecidas en el Código de Autorregulación y aplicar las medidas disciplinarias contempladas en el mismo. Servir como organismo consultor en asuntos propios de la industria publicitaria. Actuar como amigable componedor entre entidades y/o personas vinculadas a la actividad publicitaria cuando así lo soliciten las partes en conflicto. Dictar las normas de procedimiento para sus intervenciones en los casos de trasgresión de las normas del Código, entre otras muchas funciones inherentes a su constitución.

Ahora que en nuestro país se proyectan desde el Estado a nuevos incumbentes en esta área tenemos la esperanza de que los cambios que se propongan estén en línea con estas tendencias universales y cuenten con la activa y genuina participación de todos los sectores involucrados en el tema.

[b]En España también se autorregulan[/b]

Con la llegada del nuevo gobierno en España existe en la actualidad un movimiento relacionado con este tipo de inquietudes, en el que se releja una preocupación de los sectores de la comunicación por la ingerencia del Estado en estas cuestiones, tal como se lee en el portal de Ad Latina.

«La industria publicitaria considera que no es necesario regular el sector para evitar la publicidad sexista, como plantea el gobierno en el anteproyecto de Ley contra la Violencia de Género. El sistema de autocontrol, está integrado por medios de comunicación, agencias y anunciantes. El sector es consciente del problema pero no cree que la solución sea «tomar a la publicidad como chivo expiatorio».

«Varios representantes de agencias, empresas y asociaciones, tales como AEAP (Asociación Española de Agencias de Publicidad), Autocontrol, AM (Asociación de Agencias de Medios), AMPE (Asociación de Medios Publicitarios de España) y AGEP (Asociación General de Empresas de Publicidad), recordaron al ejecutivo que la publicidad que sólo representa el 15 por ciento de los actuales contenidos de la programación. «Nadie se preocupa de regular el 85 por ciento restante», dijo Félix Vicente, presidente de Asociación Española de Agencias de Publicidad.»

«Vicente aseguró que en la actualidad se intenta controlar la emisión de publicidad sexista «aunque parezca que no» y muchas campañas no salen al aire. «Las que salen, cumplen la ley», dijo el presidente de la AEAP. Consideró también que «si un anuncio es sexista no deja de ser una cuestión bastante subjetiva». No obstante, remarcó que «a ninguna empresa le interesa que haya polémica alrededor de su producto».

«En todo momento, señalaron su disposición a colaborar con el ejecutivo si considera que se debe endurecer la normativa recientemente proporcionada, siempre que la regulación sea «proporcional y adecuada» a los fines que persigue, señaló Vicente. Está previsto que el anteproyecto sea aprobado por el Consejo de Ministros en su sesión del próximo viernes.»

«Según la información dada, el ejecutivo no se ha comunicado hasta el día de la fecha con ninguno de los representantes de este sector para recabar su opinión. «No nos parecería correcto enterarnos de que se va a endurecer toavía más la ley de publicidad y que no haya diálogo con la industria», dijo Vicente.»

«Autocontrol, es un organismo formado por juristas y catedráticos, ha resuelto desde el año ’96 más de mil denuncias, el 5 por ciento de éstas fueron referidas a casos de publicidad sexista. El año pasado, el jurado observó 195 denuncias.»

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