Muerte anunciada de miles de comercios históricos en España tras Navidad

Muerte anunciada de miles de comercios históricos en España tras Navidad

MADRID. En la Gran Vía, gran arteria comercial de Madrid, una juguetería que vende muñecas hechas a mano desde 1942 se prepara a echar el cierre tras las fiestas navideñas, como otros miles de pequeñas tiendas víctimas de una revisión de alquileres comerciales.

«Gracias por 72 años», dice un cartel en el amplio escaparate de Asi, que figura en varias guías de la ciudad, y cuya vitrina llena de muñecas, vestidas de época, atrae a los turistas.

Aunque el negocio se ha mantenido durante la crisis económica, este comercio, gestionado por la misma familia desde que abrió, no puede permitirse la repentina subida del alquiler que se producirá al acabar a finales de año décadas de rentas controladas. «He vivido aquí.

Emocionalmente es muy duro», dice Susana Ezharriaga, de 46 años, que dirige la tienda junto a sus cuatro hermanos, mientras los empleados desempaquetan un último cargamento. Pagan un alquiler de los conocidos como de ‘renta antigua’, de unos 10.000 euros (12.500 dólares) mensuales, pero los propietarios del local piden 35.000 euros a partir de enero.

Una cantidad que sólo puede permitirse una gran cadena, afirma.

Han convencido a sus caseros para que les dejen quedarse en la tienda hasta Reyes, el 6 de enero, cuando realizan sus mayores ventas del año. Después intentarán encontrar un local más barato lejos del centro, donde puedan iniciar una nueva versión de la tienda que fundó su abuela.

En España, unos 200.000 comercios, bares y restaurantes están afectados por esta revisión de alquileres, y entre 65.000 y 70.000 podrían verse obligados a cerrar, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).

La mayoría son negocios familiares. Se perderán unos 200.000 empleos, ya que cada tienda emplea unas tres personas de media, añade. «Cambia la ciudad completamente, se pierde la historia del barrio, de la ciudad», dice su secretario, César García. «Las Gran Vías de España, las calles principales se van quedar todas iguales con Zara, McDonalds, Burger King. No habrá nada para diferenciarlas. Es malo para el turismo», añade.

– 20 años para adaptarse – Este control de los alquileres había sido introducido en 1964 durante la dictadura franquista como una forma de proteger a los tenderos. Una reforma socialista de 1994 obligaba a ajustar al mercado los contratos anteriores a 1985, y daba un plazo de 20 años para que propietarios y tenderos se pusieran de acuerdo.

Las tiendas que cierran ahora son las que no pudieron acordar un alquiler que puedan pagar. «Han tenido 20 años para acomodarse a la situación.

En estos 20 años, unos han podido, otros no, otros no se han dado cuenta y otros se han olvidado de que iba a ocurrir», dice el profesor de Urbanismo en la Universidad Politécnica de Madrid, Agustín Hernández Aja.

El fin de las rentas antiguas tendrá mayor impacto en los cascos viejos de las ciudades, donde los propietarios pueden pedir sumas astronómicas que las tiendas individuales no pueden permitirse. Varios comercios típicos ya han cerrado sus puertas, trasladándose a calles más pequeñas y menos visibles.

En agosto, el Palacio del Juguete, que durante 80 años ocupó el Portal del Ángel, una calle peatonal en el casco viejo de Barcelona, se trasladó lejos del centro. El local fue alquilado por la marca de calzado italiana Geox, con cerca de 1.300 tiendas en todo el mundo.

– ‘Abandono al pequeño comercio’ – Angel Manuel García, presidente de una asociación que representa a unas 160 tiendas centenarias y tradicionales de Madrid, considera que sólo entre 5% y 10% de sus miembros pueden permitirse pagar el aumento del alquiler.

«Son tiendas que dan sabor a la ciudad, son las tiendas que tienen algún valor arquitectónico, que tienen algo especial», dice.

Los tenderos han pedido al gobierno conservador español cinco años más para acabar con las rentas antiguas, pero no han tenido respuesta.

«Todavía está a tiempo. Acepte esta propuesta. No abandone a su suerte al pequeño comercio», lanzó este miércoles la diputada socialista Patricia Blanquer al ministro de Economía Luis de Guindos, señalando que la mayoría de afectados son «personas de edad media a avanzada». Aja recuerda que las grandes cadenas están empujando a las pequeñas tiendas fuera de las principales calles en otras capitales europeas como París o Londres.

«En un mundo globalizado, en todos los sitios está ocurriendo los mismo», dice. «Afecta a muchos sitios simbólicos de la ciudad que son una referencia y esto atrae la atención de los medios, pero tampoco la gente compra allí todos los días», añade.

Publicaciones Relacionadas