Muerte de cadete en piscina academia pasó inadvertida para sus compañeros

Muerte de cadete en piscina academia pasó inadvertida para sus compañeros

POR ELIAS RUIZ MATUK
El ahogamiento de un cadete en la piscina  de la Academia Batalla de las Carreras pasó inadvertido ante sus compañeros con quienes celebraba el ascenso de cuarto año,  última etapa para obtener el grado de oficial.

Manuel Antonio García Santos, de 22 años, sufrió una hidrocefalia de manera «asintomática», lo que ocasionó la «asfixia por inmersión»,  según la necropsia practicada al cadáver en el Instituto Nacional de Patología Forense.

La muerte  del aspirante a oficial  afectó no solo a sus padres, Camilo Henríquez García Rodríguez y Ana Antonia Santos de García, sino a todo el cuerpo de la academia militar, debido fundamentalmente a lo disciplinado de su comportamiento y a que éste era quien despertaba a sus compañeros a la hora de levantarse para las faenas diarias.

Sus compañeros de habitación, Fernando Sánchez Martínez, Carlos Tapia Céspedes, Wallyn García Toribio y Eliazar Estévez Ramírez, narraron a reporteros de este diario, las circunstancias en que ocurrieron los hechos y en las que ninguno, -lo que más lamentan- advirtiera que su «hermano de armas»  había estado inmerso en la piscina donde se bañaron todos, durante cinco horas.

Sánchez Martínez, el  más antiguo de sus compañeros, dijo que al momento de tocar la diana como señal de que los cadetes deben acostarse la noche del lunes, recibió la orden del «alférez mayor», de que obtenían permiso todos los cadetes de cuarto año para que celebraran, en un período de quince minutos, el ascenso  que les fue otorgado «por los superiores».

En ese momento,  tanto él como García Toribio, Estévez Ramírez ni Tapia Mercedes, se habían percatado de la presencia de García Santos.

Debido a que todos formaban parte del cuerpo de cadetes más altos en el grado, no necesitaban ordenarse los unos a los otros y al notar la ausencia en la habitación de su compañero García Santos, estimaron que éste aún se encontraba en los pasillos o hablando por teléfono.

No fue hasta las 5:00 de la mañana de este martes, cuando el propio Sánchez Martínez extrañó a García Santos, puesto que éste era quien les despertaba en las mañanas y él mismo fue quien lo encontró junto con otros compañeros, boyando en la piscina.

Otros amigos de García Santos, también cadetes de cuarto año, Frank Félix Ferreras y Ferreras y Enmanuel Reyes, definieron el caso cmo «lamentable y accidental» y afirmaron que su compañero era uno de los aspirantes a oficiales más afectuosos, con quien «nadie tenía ningún tipo de problemas».

Era muy amante de las chicas y debido a que contaba sus andanzas en los períodos de fin de semana y en los tiempos del bachillerato, se ganó el mote de «Rubirosa», porque también era muy parecido.

El director de la Academia Batalla de las Carreras, general Luis Ramón Payán Areché, afirmó que además de la muerte del cadete de cuarto año, ahora tendrá que manejar la crisis de duelo de sus compañeros, para lo cual dijo contar con técnicos del Instituto de la Familia, lo que había ordenado el secretario de las Fuerzas Armadas, vicealmirante Sigfrido Pared Pérez.

«Hemos manejado esta crisis y seguiremos dando la cara, porque lo único que no podemos dominar, y ese es el dolor que sentimos en el corazón, es que no podemos volver a la vida a este cadete ejemplar», expresó.

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