SANTIAGO. Falleció ayer el arzobispo emérito de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Juan Antonio Flores Santana, de 87 años, quien había sido recluido en la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), tras una caída en la Casa Sacerdotal de Matanzas, donde residía.

Será sepultado mañana en la catedral Santiago Apóstol. Se lesionó la cadera por la caída, más otros quebrantos que padecía, y fue operado el jueves.

Estaba retirado de sus funciones por razones de edad. Fue obispo de La Vega y de Santiago, y luego el primer arzobispo de la arquidiócesis creada por el papa Juan Pablo II en los años ‘90.

El canciller del arzobispado de Santiago, padre Carlos Santana, confirmó la muerte del prelado.

Monseñor Flores Santana fue nombrado obispo de Santiago el 13 de julio de 1992 por el papa Juan Pablo II y cumplida la edad establecida por el derecho canónico para el obispo diocesano, que son 75 años, presentó su cargo a la voluntad de la Santa Sede, la que lo aceptó el 16 de julio del 2003, permaneciendo como cabeza de la iglesia católica aquí 11 años.

El vocero del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS) dijo que los médicos que atendieron al sacerdote son su médico de cabecera, Aldo Bencosme, y el ortopeda Julio César De León.

Juan Antonio Flores Santana nació el 3 de julio de 1927, en la comunidad de Boca de Licey, Tamboril, Santiago. Era el décimo hijo de Faustino de Jesús Flores Alonso y de Secundina Antonia Santana Évora, cuyo hogar se caracterizó por ser cristiano, unido y estable.

El 26 de septiembre de 1941 ingresó al Seminario Menor Padre Fantino Falco, del Santo Cerro, La Vega, a los 14 años, junto con monseñor Roque Adames y los padres Benito Taveras, Juan González Bisonó y Luis Ramón Checo, entre otros.