PARIS (AFP).- El fallecimiento del Papa Juan Pablo II, el sábado de noche en el Vaticano, fue recibido con profunda tristeza por los católicos de todo el mundo, mientras que los líderes mundiales destacaron la incansable lucha del Pontífice a favor de la paz.

La campana mayor de la basílica de San Pedro en el Vaticano repicó en medio de un sepulcral silencio el sábado por la noche para anunciar al mundo la muerte de Juan Pablo II.

El tañido de las campanas y el llanto de los fieles católicos, sumado a las expresiones de «profunda tristeza», se extendieron desde Roma hasta Wadowice, ciudad natal del Papa, pasando por Londres, Washington, Viena, Santiago, El Salvador o Marruecos.

«Es imposible describir lo que siento», confió una joven de 19 años que lloraba en silencio ante la basílica de Notre Dame, en Wadowice, junto a la casa en la que nació Karol Wojtyla. «Es como si hubiera muerto un miembro de mi familia».

Italia decretó tres días de luto nacional, tras el anuncio oficial del fallecimiento de Juan Pablo II, a los 84 años de edad y luego de 26 años de pontificado.

En Washington, el presidente estadounidense George W. Bush dijo que con la muerte del Papa «el mundo perdió a un defensor de la libertad humana» y evocó el papel del Pontífice en la lucha contra el comunismo y el advenimiento de la democracia en Europa del Este, particularmente en Polonia.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, destacó además su papel como «incansable defensor de la paz, un verdadero pionero del diálogo ecuménico y una fuerza poderosa para la autocrítica de la Iglesia».

En Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, saludó el rol «histórico» de Juan Pablo II para la «reunificación» de Europa.

La reina Isabel II de Inglaterra recordó «los incansables esfuerzos» del Sumo Pontífice «para promover la paz y buena voluntad en todo el mundo», mientras que el primer ministro británico Tony Blair aseguró que el mundo perdió a un líder religioso «reverenciado» tanto por católicos como por no católicos.

El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, lamentó la pérdida de «un referente moral de primer orden».

También el ex presidente soviético Mijail Gorbachov destacó que «el Papa pudo hacer mucho no sólo por los católicos, sino por todo el mundo», afirmando que «fue el humanista número uno del planeta».

El mundo está agradecido por el «incansable trabajo» del Papa «contra toda forma de totalitarismo, violencia, opresión y degradación moral», destacó por su parte el Primer Ministro italiano Silvio Berlusconi, citado por la prensa italiana.

El canciller alemán Gerhard Schroeder aseguró que el Papa «cambió el mundo» y tuvo una participación importante en el desarrollo de una Europa pacífica, mientras el primer ministro canadiense Paul Martin despidió a un «apóstol de la paz».

En Marruecos, el rey Mohammed VI destacó que el Pontífice «consagró toda su vida al servicio de los ideales más nobles y virtudes sublimes que las religiones comparten, los de la fe, la libertad, la paz, el amor».

Israel, en tanto, afirmó haber perdido a «un gran campeón de la reconciliación y la fraternidad entre las religiones», según declaró el ministro israelí de Relaciones Exteriores Sylvan Shalom.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, lamentó la muerte del Papa, «una figura religiosa muy importante que ha consagrado su vida a la paz y la justicia para todos».

«No olvidaremos su visita a nuestra tierra y su posición sobre Jerusalén», agregó en un comunicado.

Por su parte, el jefe del gobierno de noruego Kjell Magne Bondevik, pastor luterano de formación, subrayó la oposición de Juan Pablo II a la pena de muerte, mientras que el ex presidente socialista portugués Mario Soares se refirió a Juan Pablo II como «un hombre de paz», pero «tal vez un poco demasiado estricto» en el plano teológico.