Fausto Soto 
Las muertes violentan preocupan a la provincia Peravia, sobre todo, los homicidios, suicidios, accidentes de tránsito y violencia entre menores.
Atemorizan casos como el del joven Warris Santos, de 36 años, asesinado de un balazo por la espalda en el sector Villa David, según reportes, por una pandilla en la zona norte de este municipio.
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Igual, el de Melvin Valdez, muerto a puñaladas a manos Yofauri González Marte, durante un incidente en pleno Pizarrete.
Angustian los informes de menores envueltos en tragedias, como un niño de cinco años que hirió de manera mortal con un cuchillo a su hermanito de dos, en el sector Santa Rosa, de la zona sur, ambos hijos de padres haitianos.
Otro de año y medio murió cuando un incendio volvió cenizas la casa en que la que residía, en el sector Quijá Quieta.
Los siniestros también aumentan, como el que quitó la vida a Andy Tejeda en el tramo Santana-Nizao, de la carretera Sánchez.
En esa misma vía, entre Baní-Galeón, perecieron Manuel Julián Ayala Sánchez, de 28 años y la menor Dereck Ayala Segura.
Los suicidios mantienen encendida la alarma.
Juan Ernesto Díaz, murió de un disparo en la cabeza frente al parqueo de la sala de emergencias del hospital Nuestra Señora de Regla de esta ciudad.
Versiones indican que tomó la decisión al sentirse rechazado por una mujer que trabaja en el centro. La llamó para que saliera a verlo, a lo que no accedió. La víctima residía en Canastíca, San Cristóbal.
