Mujer, cuota y participación

Mujer, cuota y participación

MARTHA PÉREZ
La mujer dominicana, desde los orígenes de nuestra sociedad,  ha marcado una trayectoria de lucha por sus derechos, que describe una perspectiva histórica de su participación política y social. Esa trayectoria tiene capítulos igualmente tristes que enaltecedores, donde la exclusión, la discriminación y la violencia, se han conjugado, a mucha honra, con la presencia, la beligerancia y la participación, permitiendo que hoy la mujer reclame y exija por sí misma, en base al reconocimiento y resultado tangible de su lucha, el espacio que en la realidad le corresponde.

En el plano político electoral, los partidos que no han  cumplido con la cuota mínima del 33% de representación de las mujeres en sus organismos se dirección, sobre todo, los que lo contemplan en sus estatutos, han estado muy apresurados tratando de satisfacer la cuota del 33%, recientemente reglamentada por la Junta Central Electoral a propósito de las elecciones congresionales y municipales de mayo próximo. Es muy lamentable y cuestionable a la vez que, en esta época, todavía la mujer tenga que estar demandando este derecho. ¿Es que no vale o no se ve, aún, la demostración de las potencialidades y capacidades de nuestras mujeres?. Sí, vale y se ve; lo sabemos, porque el discurso de los hombres, de casi todos, tiene un gran componente de reconocimiento a la mujer; aunque muchos no deciden llevarlo a la práctica. Es un problema cultural, que viene de muy lejos y como tal, echó raíces difíciles pero no imposible de desenterrar. La mujer debe mantener y fortalecer esa lucha hasta lograr, a través de un proceso dinámico, el cumplimiento de la cuota mínima, en esta fase; y en una segunda fase, propugnar porque a la cuota se le elimine el apellido “mínima” y se logre el 50%. 

La asignación de la cuota del 33%, conforme a la Ley, asumida por los partidos  políticos, para las candidaturas a regidores/as y diputados/as; y para la escogencia de una mujer como candidata a sindica o vice-sindica que presentarán en las venideras elecciones de medio término, es una oportunidad excelente para iniciar el proceso dinámico a que nos referimos. Se requerirá, entonces, de que las mujeres  electas tengan acceso a las oportunidades necesarias, en igualdad con los hombres, para su participación. Es decir, que la postulación que se les  hace ahora, vaya más allá que un simple cumplimiento a la cuota, para que verdaderamente, estas mujeres, que han sido escogidas como candidatas tomando en cuenta sus capacidades y potencialidades, sus trayectorias de lucha y de trabajo político, social y profesional; y su voluntad y vocación de servicio, puedan poner esas condiciones en favor de la implementación, sin mayores obstáculos, de las políticas de desarrollo del país y de la nación que se ha propuesto el Presidente Leonel Fernández Reyna. Es una demanda de equidad de género, que en modo alguno significa que el hombre sea sustituido por la mujer, sino que ambos tengan acceso a iguales oportunidades.

No caben dudas, de que propiamente estamos hablando de  oportunidades para todas las mujeres dominicanas representadas en las candidatas (y candidatos) del Partido de la Liberación Dominicana y las fuerzas aliadas, que asisten a las próximas elecciones congresionales y municipales unidos sobre acuerdos  programáticos para definitivamente construir la nueva mayoría,  con equidad de género, que necesita el país en las Cámaras Legislativas y en los gobiernos municipales para continuar sin obstáculos “avistados” el camino del progreso, la equidad social y la paz. Sin olvidar que para esto, la mujer, además de la cuota, necesita oportunidades para poder participar. 

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