Mujer recorre varios hospitales de la Capital y Santiago en busca atención

Mujer recorre varios hospitales de la Capital y Santiago en busca atención

Por M. ARISTY CAPITAN
A pesar de que era el 24 de diciembre, la noche no fue buena para Guadalupe Martínez, una señora de 62 años que tuvo que pernoctar en un rincón de uno de los pasillos del Hospital Luis Eduardo Aybar después de recorrer varios hospitales en los que ni siquiera la revisaron, según relató Arelis Peralta, su hija.

«Anoche me la dejaron tirada en una esquina por ahí porque no podían dejarla en lugar lado. Ellos nos permitieron dejarla hasta que amaneciera donde están las mujeres paridas», dijo la denunciante.

Tras explicar que el periplo de su madre comenzó el día 23 en Cotuí, Peralta se quejó de que en el Luis Eduardo Aybar tampoco quisieron atenderla.

«Ella está sangrando por boca y nariz, tiene un tumor que hay que hacerle un estudio. Ella tiene unas cuantas cosas… está sangrado por todas partes y no me le hacen nada ni me dicen nada», dijo Peralta visiblemente aturdida.

Posteriormente Peralta explicó que el primer hospital al que llegó fue el Regional Universitario José María Cabral y Báez, de Santiago. «Hemos andado el Cabral y Báez, en Santiago; el Moscoso Puello, la Maternidad del Seguro, de la Maternidad nos mandaron al Padre Billini. No nos la quisieron recibir en ninguno de los hospitales, que esos casos no eran de ellos».

Lo más duro para Peralta es que tendrán que llevarla a casa sin que haya sido atendida. «Tenemos dos días en esto. Desde ayer cogimos para acá para la capital y todavía esta es la hora en que estamos dando vueltas de hospital en hospital. Y ayer fue lo mismo en Santiago. Ahora tenemos que ir a Cotuí otra vez porque no tenemos dónde llevarla».

Dicho esto, Peralta se quejó de que en los hospitales no le quisieron dar ni un calmante para paliarle un poco el dolor a su madre. «No me dicen nada porque no me la atienden, no le dan ni siquiera un calmante para el dolor. Nada, no me dicen nada», se lamentó.

Con el silencio en las manos, lo único que Peralta ha logrado es gastar muchísimo dinero en el combustible que requiere la ambulancia en la que traslada a su progenitora: hasta ayer en la mañana, y con el trayecto hasta Cotuí pendiente, ya llevaba diez mil pesos gastados.

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