El ejercicio del sufragio es un derecho que honra la memoria de nuestras madres y hermanas espirituales
Consientes, muy conscientes, del derecho que solicitaban, la memoria de las mujeres unidas para dotar a nuestras abuelas, madres, tías, hermanas del derecho al sufragio desde 1920, estará ¡feliz! cuando este domingo 18 de febrero más de cuatro millones de dominicanas acuda a las urnas… Aunque esa genuina estirpe emancipadora no le sonríe a la representatividad, pues solo 8,134 féminas presentan sus candidaturas por y para los municipios que aman.
¡Alegres estarán cuando en ese ejercicio prime la conciencia en la elección de quienes se postulan a cargos municipales! Pues el voto consciente de las mujeres se constituyó en el pilar de las argumentaciones con las que se solicitó la ciudadanía hace un siglo.
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“La mujer quisqueyana antes rezagada en el blanco alcázar de su conciencia, buscó por el sendero de la razón el camino de la cimera y lo encontró: ¡Está consciente! No más será la mártir resignada del egoísmo”, escribe Consuelo Montalvo de Frías, el 30 de julio de 1927.
¿Pero, podría esa garantía alcanzarse ante la situación de opresión que prevalecía para Ellas? Las reflexiones sobre los desafíos que representaba el sufragio a secas hicieron, por igual, crecer a nuestro feminismo génesis sobre los derechos que conllevaba el poder votar. Al respecto, en 1935, María Más Pozo opina en la revista Fémina: “El voto ha sido mejor una calamidad que una bendición. Antes de que la mujer trate de votar ha de estudiar las condiciones en la que vive la obrera. Ha de estudiar las causas de las delincuencias juveniles. Ha de estudiar la prostitución. Ha de observar los gobiernos. Ha de exponer su programa ante el gobierno. Ha de eliminar las guerras con su voto. Ha de estudiar el desempleo”.
El tiempo mantiene estos y otros desafíos apremiantes, pues si bien en el padrón de las próximas elecciones municipales las mujeres votantes constituyen la mayoría, prevalecen los estereotipos, condicionantes, opresiones, desigualdades y privaciones que impiden una mayor cantidad de féminas en la boleta electoral.
A pesar de estas adversidades… “¡Mujeres, a votar!”, así vociferaban nuestras madres y hermanas espirituales… ¡Votemos por mantener la estabilidad en los municipios que habitamos! ¡Hagamos memoria de que hace 100 años el maestro Francisco Amiama Gómez señaló que éramos nosotras capaces de redactar el código municipal científico… Hace 98 años, Petronila Angélica Gómez Brea solicitó el voto consciente para que el munícipe Eladio Sánchez fuera regidor en San Pedro de Macorís, reconociéndose Ella en su “triple condición de ¡munícipe consciente, profesora y periodista!”.
¡Con conciencia y memoria, votemos!