Mujeres abusadas en muchos casos la familia le da la espalda a la víctima

Mujeres abusadas en muchos casos la familia le da la espalda a la víctima

Muchas mujeres víctimas de violencia están casadas con hombres de mucho reconocimiento social, con poder político y económico, artistas, funcionarios del Gobierno, abogados, médicos, empresarios, líderes religiosos, oficiales de la Policía Nacional, de la Armada Dominicana, y temen que al ser maltratadas, no le den crédito a su versión cuando acuden ante las autoridades judiciales a denunciar al agresor.

Soraya Lara, psicóloga, especialista en terapia de parejas y de familia, y presidenta del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), refiere que “eso genera en muchas mujeres abusadas por sus parejas una sensación de miedo, de temor a que su discurso no es creíble, porque el poderoso es más creíble que yo, y la misma cultura, además, cree más en lo que dice el hombre”.

Esto explica por qué el 99 por ciento de las mujeres víctimas de violencia que asisten al PACAM en busca de ayuda no se querellan formalmente en la Fiscalía contra sus agresores. Por esa razón sus nombres figuran en un subregistro de la institución, fundada hace 12 años mediante el decreto número 993-03, del 9 de octubre de 2003

“En 12 años de fundado, el PACAM ha asistido alrededor de 2,000 mujeres víctimas de violencia. Pero esas mujeres son las que asisten al programa de sicoterapia individual, que son las que deciden buscar asistencia psicológica. Esas mujeres no han puesto la denuncia. Por eso hablamos de subregistro, porque solo se registran aquellas que van a la Fiscalía y ponen la denuncia”.

Según Lara, esa realidad es parte de la cultura patriarcal, “porque el hombre es el que tiene la razón. Es lo que dice la cultura: “algo hizo esa mujer para que él le pegara, esa mujer se le ve que no es fácil”, “esa mujer que se le ve que es una loca; es decir, comienza de una vez la revictimización social. La misma familia no lo entiende y en ocasiones le da la espalda a la víctima”.

Esa falta de apoyo social en las mujeres por parte de su familia, del contexto en el que vive, de la iglesia a la que asiste, las convierte en “mujeres no creíbles”, porque el discurso es incoherente, pero no porque ella es incoherente, sino que la destrucción, la ansiedad, la vergüenza, “la hace contar la historia a medias, porque se avergüenza de contar todo lo que el agresor le hace y teme qué pensarán los demás de mí. Ese es un elemento que no favorece a las víctimas”.

La violencia deja traumas y huellas en las víctimas. Algunas mujeres quedan con severas lesiones en las cuerdas vocales y otras partes del cuerpo cuando sus parejas intentan estrangularlas; en otros casos, hombres patean a las mujeres cuando están embarazadas, sin importarle cómo está la criatura en la vida intrauterina. Un caso denunciado por una víctima refiere que un hombre le escondía los zapatos a la esposa para que evitar que saliera de la casa

“Mucha gente cree que nada más es el golpe que reciben las mujeres, pero va más allá de una cachetada, de cuando el marido le pega con un martillo, le quema la piel con colillas de cigarrillos, la amarra o le coloca un candado a la puerta de la vivienda para que ella no salga; hay casos de agresores que introducen el dedo en la vagina de la mujer para saber si ha tenido una relación sexual con otra persona. Es un drama terrible que viven estas mujeres. Esta conducta del agresor es lo que genera las secuelas psicológicas, el trauma. Con eso es que trabajamos en PACAM”.

Programas de asistencia Las mujeres que asisten al PACAM participan de un programa de 22 sesiones de Psicoterapia. Cuando ingresa, pasa por un proceso de evaluación psicológica que permite a las profesionales (psicólogas, terapeuta familiar y terapeuta sexual) observar la gravedad del daño emocional que ha sufrido la víctima.

Según Soraya Lara, en ocasiones la una mujer abusada llega a la institución en busca de ayuda “y viene con diez, doce años, veinte años de maltrato, de una relación abusiva. Entonces debemos evaluar si esta mujer presenta lo que son características de las mujeres víctimas de violencia, como depresión, ansiedad, estrés postraumático, si hay sentimientos de culpa o vergüenza”.

¿Cómo se financia PACAM? Se financia de donaciones que le permite operar, “pero sin abundancia”. Generan recursos con charlas, cursos y talleres. Las terapias tienen un costo, porque implica una evaluación completa, un servicio de calidad. Una mujer paga 2,000 pesos, y las que no tienen esa cantidad, la institución subvenciona y cobra 1,000 pesos. Por nivel económico, algunas pagan 500 y 300 pesos.

Mujeres de escasos recursos con depresión crónica, con intento suicida, el PACAM asume el costo de los fármacos. Por esa razón la institución necesita recursos económicos “porque en ocasiones hay que comprar alimentos a mujeres no tienen ni para comer”.

“El PACAM tiene un movimiento interno desconocido para la población. Por esa razón realiza actividades. Este año se celebrará el cuarto desayuno benéfico para captar recursos que permitan mantener los programas”, subraya la señora Lara.

Desmitificar la violencia “Nosotros hemos tenido esposas de pastores, de líderes religiosos católicos, que abusan, maltratan y violentan, igual que hemos tenido esposas de abogados que conocen la ley, de dirigentes políticos, de militares de alto rango, de empresarios, de médicos famosos, es decir, hemos tenido aquí una población importante de mujeres, de escasos recursos, pero también esposas de millonarios.

Todo eso ha venido a desmitificar la violencia, de que ocurría en los barrios marginados. Pero nuestro trabajo en el Patronato lo hemos puesto en evidencia, igual que hemos puesto en evidencia que un hombre para golpear a una mujer no tiene que estar borracho ni consumir sustancia tóxicas”.

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