Llegaron para cambiarle la cara al mundo del transporte público, para impregnarle aroma de mujer a un oficio que había estado reservado para fornidos hombres capaces de mover hasta el más pesado de los vehículos y expertos equilibristas del guía.
Ahora, los tacones pisan con firmeza el acelerador o el freno, y los retrovisores reflejan aretes, y collares, además de ojos delineados y labios pintados.
La mujer también incursiona en tarea de dirigir el tránsito, y en ésta, desde hace tiempo hacen sonar el silbato y multan a los infractores.
En el Metro de Santo Domingo, recientemente inaugurado, hay conductoras, y también en la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses OMSA. Con ellas y con una de las Amet ¡Vivir! conversó ampliamente en ocasión de conmemorarse ayer domingo el Día Internacional de la Mujer.
Sarihels Peguero Alcántara
A los 19 años, Sarihels es una de las 13 mujeres que manejan el metro. Inicia todos los días su faena a las seis de la mañana, y cuenta que su principal desafío frente y sobre los rieles del tren es hacerlo mejor que el día anterior.
Pese a su juventud, tiene muy en claro que a la mujer le ha llegado la oportunidad de trabajar y participar hombro con hombro junto al hombre.
Ya hay mujeres gerentes, dirigiendo obras, empresarias y también conductoras del metro, comenta sonriente Peguero.
No es lo mismo andar sobre los rieles del metro, que desafiar los tapones, y contratiempos tan comunes en las calles de Santo Domingo a bordo de un autobús de la OMSA, pero para seis dominicanas es pan comido.
Una de ellas es Juana Bautista, madre y esposa, y quien desde hace más de un año mueve todos los días a cientos de personas desde la avenida 27 de Febrero hasta el Hipodrómo; Su horario es de cinco de la mañana a las tres de la tarde, según explicó en esta conversación.
Bautista está consciente de que tiene en sus manos un gran compromiso con la vida de los pasajeros, sin embargo, califica su trabajo de emocionante.
Yo le digo a la gente que no hay trabajos de hombres o de mujeres, podemos hacerlos ambos con la misma eficiencia.
Poniendo el tránsito en orden
El caso la agente de la AMET Isori Arocha Veras es hasta gracioso, ¿quién podría imaginar que una mujer que pasa horas soportando las inclemencias del tiempo en medio de las calles podría mantener la coquetería femenina?, pero sí…. eso ocurre con esta mujer que desarrolla el oficio de Amet.
Me gusta mi trabajo
Me siento muy orgullosa de mi uniforme y de lo que hago, comenta Arocha Veras.
Estas tres mujeres coinciden en que se puede ser femenina, madre, esposa y desempeñar cualquier trabajo. Entienden que la clasificación del oficio por sexos ha desaparecido.
Las protagonistas
Sarihels Peguero
Conductora del metro
Sobre rieles
Está cursando el cuarto semestre de Ingeniería Civil, tiene 19 años de edad. Aplicó por un empleo en Metro de Santo Domingo sin imaginar que se convertiría en una de sus choferes .
Realmente este no es un trabajo difícil, pero demanda mucha responsabilidad y es súper divertido.
Isori Arocha
Agente de la Amet
Parando el tránsito
Estudiante de Ingeniería en Sistema, trabaja en la entrada del municipio de los Alcarrizos. Pertenece a la primera promoción de policías auxiliares, ya tiene dos años en la AMET.
En este oficio nosotras hacemos lo mismo que los hombres. Mediante mi trabajo pretendo salir adelante.
Juana Bautista
Chofer de la omsa
La dama de vehículos pesados
Lleva un año y cinco meses manejando autobuses, está casada y es madre de dos hijos. Desde los 18 años sabe conducir, y hasta hace poco se dedicaba al trasportar niños a colegios.
Para mí manejar este autobús es igual que un carro. Me gustaría guiar un articular -OMSA doble-.