Mujeres de EEUU cautivadas por la boda real: «¡Un Super Tazón para chicas!»

Mujeres de EEUU cautivadas por la boda real: «¡Un Super Tazón para chicas!»

WASHINGTON, (AFP) – Cientos de mujeres luciendo elegantes sombreros y un puñado de hombres menos entusiasmados se reunieron el viernes antes del amanecer en el hotel Ritz Carlton de Washington, en una de las tantas fiestas para ver la boda real en Londres degustando un desayuno bufet. «¡Oh…! ¡Oh! ¡Guau! ¡Es un momento guau!», exclamó con voz entrecortada Jan Boswell, abrazando fuertemente a su bulldog francés Lucy -que también llevaba un traje de noche, pero canino-, en el momento en que Kate Middleton comenzó a caminar hacia el altar de la Abadía de Westminster para casarse con el príncipe Guillermo.

«Es un cuento de hadas maravilloso, es espectacular», dijo Boswell, de pie bajo un recargado sombrero azul de ala ancha. La mujer había llegado en la madrugada, poco después de la 04H00 (09H00 GMT), al salón de fiestas subterráneo flanqueado por dos enormes pantallas que mostraban lo que ocurría en Londres, junto a unas 250 personas que pagaron 40 dólares por un bufet con frijoles y morcilla al mejor estilo inglés. Su amiga Susan Nixon, una británica que ha vivido en Estados Unidos por 30 años, admitió que le impresionaba la atención que dedicaron a la boda sus compatriotas adoptivos.

«¡Estoy impactada!», gritó, mirando las flores y coloridos velos que cubrían las cabezas de las mujeres a su alrededor. En los suburbios, lejos de esta multitud del centro de la ciudad, Shana Davidson no estaba menos emocionada por ser parte de este día especial: a las 05H00 estaba tomando té y comiendo bollos o «scones» en la sala de su casa.

Davidson se reía por lo divertido que le resultaba ver este acontecimiento que equiparó entre risas con un partido de football americano: «¡Es un Super Tazón para chicas!» «Me compré un televisor de alta definición sólo por esto», dijo. Audrey Slade, parte del equipo de relaciones públicas del Ritz, quedó sorprendida por el éxito de su convocatoria. «Se agotaron las entradas y teníamos a 100 personas en la lista de espera», dijo a AFP. La organizadora vigilaba a la sonriente multitud que a pesar del madrugón comenzó a exclamar «¡Ah!» y «¡Oh!» por el vestido de Middleton.

Veintidós personas también compraron el paquete de 429 dólares que incluyó una noche de estadía con bebidas en el bar incluidas. Uno de los pocos hombres que participaron, Jason Baletsa, recibió con entusiasmo la atención que atrajo su presencia… particularmente gracias a su esmoquin y su corona de plástico. A su lado, su amigo Richard Olson llevaba una falda escocesa. «Es simplemente estupendo formar parte de la historia. Es un día especial», decía Baletsa con una sonrisa a todos los camarógrafos y reporteros que se acercaban a hablar con él.

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