Mujeres en Desarrollo, una entidad con 25 años

Mujeres en Desarrollo, una entidad con 25 años

POR FÁTIMA ÁLVAREZ
Una palabra puede tener muchos significados. Mude son las siglas de Mujeres en Desarrollo, pero es además un imperativo del lenguaje que impulsa a una acción, a cambios, a transformaciones, a mudanzas. Y Mude es sobre todo eso: una mudanza del ser pasivo y autonegador de sus propios derechos, a una nueva visión y enfoque de lo que es la mujer y los valores que la sostienen.

Con un trabajo que bordea los 25 años, Mude ha contado en los últimos 15 con la dirección de una mujer que entiende que el desarrollo debe darse en un proceso de acompañamiento que permita que el crecimiento de ambos vaya de la mano.

“Mude es una organización no gubernamental que trabaja a favor del desarrollo de las mujeres de escasos recursos, y sobre todo del área rural”, dice su directora general, Rosa Rita Álvarez.

Las mujeres con las que Mude trabaja, una vez se involucran en los programas que ofrece, van transformando poco a poco su realidad social, económica y cultural. El impacto del cambio es fuerte y motoriza mutaciones en todos los órdenes.

“El desarrollo no se da de forma equitativa en todas las zonas. En algunas sí hemos podido impactar con todos los programas, en otras no, por lo tanto el crecimiento no es parejo en todas las mujeres”.

Pese a ello, Álvarez asegura que las mujeres que participan en estos procesos son más abiertas a un involucramiento mayor. “Son cambios satisfactorios que les permiten tener un mayor empoderamiento, una mayor seguridad en sí mismas, un mayor arrojo y capacidad de decisión. Además, cuentan con más disponibilidad para decidir frente al marido qué cosas quisieran hacer, sin estar subordinadas a sus decisiones”.

En el sentido material, Álvarez asegura que las mujeres que participan en los programas que desarrolla Mude mejoran su calidad de vida a través de la mejoría de sus viviendas, de la obtención de mayores ingresos y de mejores condiciones materiales y educativas de sus hijos, al punto que ellas mismas empiezan a involucrarse en nuevos y más formales estudios.

“La visión de género que tienen las mujeres que asumen los programas es diferente. Es necesario que entiendan que tienen los mismos derechos que los hombres, y que deben abogar porque se les trate de manera igualitaria, para que puedan ir creciendo y beneficiando a sus familias y sus comunidades”.

EL ENTORNO CUENTA

En Mude el entorno cuenta. Quizás debido a que la mujer rural, en la medida en que asume una nueva conciencia de las cosas, se siente más comprometida socialmente. Por esa razón Mujeres en Desarrollo se sitúa dentro de esa plataforma para trabajar con ellas dentro de su realidad.

“Como mujeres hemos logrado muy buenos avances, que no son igualitarios, pero hemos logrado que prácticamente en todos los países se hayan creado instancias para que se trabaje con la mujer y a favor de sus derechos y mejores oportunidades”, dice la terapeuta sexual y familiar.

“Mude participó en el diálogo nacional que se generó en el gobierno anterior del Partido de la Liberación Dominicana, y a través de este diálogo, empujamos para que se creara la Secretaría de Estado de la Mujer; otra cosa importante fue el esfuerzo por la revisión, adecuación y creación de leyes que tomaran en cuenta a la mujer y sus necesidades”.

Mude tomó parte de esta iniciativa, como miembro de la Comisión Honorífica de Mujeres Asesoras del Senado y de la Cámara de Diputados, que favoreció la  creación de la Ley 24-97 contra la violencia familiar, la adecuación de la ley de reforma agraria y la cuota de participación política de la mujer, tanto para el Congreso como para los ayuntamientos.

La participación en la Conferencia de Beijing (Pekín) y en cada uno de sus segmentos posteriores es parte del trabajo realizado por las instituciones que trabajan a favor de la mujer, ya que en estos foros se han elaborado propuestas transformadoras del papel de la mujer en el mundo y, aunque todavía hay mucho camino que recorrer, hay una impronta establecida en la que Mujeres en Desarrollo ha aportado su grano de arena.

LA MUJER FRENTE AL HOMBRE

El impacto negativo de las políticas de género se produce por ese vicio cultural que existe a favor de los hombres y no a favor de las mujeres. Es la misma razón por la cual, por el mismo trabajo, las mujeres ganan el 30% menos. No es algo inventado, es una realidad, es que quienes están muriendo en manos de sus familiares son las mujeres, es que quienes están ganando menos por el mismo trabajo son las mujeres, entonces deben crearse programas especializados para ayudar  a las mujeres a tomar conciencia sobre la igualdad de derechos y oportunidades y su involucramiento en ellos”.

“Aún así, hemos avanzado. En lo que a Mude respecta, hemos colocado un millón y medio de pesos, con préstamos que van desde cero a tres mil pesos”. A través de estos préstamos, las mujeres crean una base de sostenimiento fundamentada en el trabajo, cerrando de esta manera el ciclo de la dependencia y de una baja autoestima.

APORTES CONCRETOS

De manera concreta y directa, Mujeres en Desarrollo, a través de su programa de crédito, ha aportado a la generación de ingresos a las mujeres, a fin de que desarrollen proyectos agrícolas, pecuarios y microempresas, modalidad reciente que, según señala Álvarez, ha permitido que la mujer se incorpore a la economía del área rural, después de la baja del Producto Interno Bruto debido a la disminución de la producción agrícola.

“Esa es la razón por la que han empezado a prosperar las microempresas rurales. Por eso estamos apoyando con micropréstamos para el desarrollo de esos proyectos”.

La capacitación, que es parte de otros programas, ayuda a las mujeres rurales y las motiva a incorporarse a la educación formal. Los programas de salud sexual y reproductiva les ayudan a espaciar los nacimientos de sus hijos y a decidir cuándo y cuántos tener.

 

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