San José de Ocoa. Más de 150 mujeres de comunidades rurales de San José de Ocoa han extendido sus labores de amas de casa para convertirse también en agricultoras. Producen ajíes, tomates y vainitas en ambientes controlados o invernaderos con lo que buscan aumentar los ingresos del hogar. Muchas son cabezas de familia o sus maridos están enfermos.
Todas están agrupadas en asociaciones que operan los 50 mini invernaderos, auspiciados por la Asociación de Desarrollo de San José de Ocoa (Adesjo).
Sonia Lora con 28 años y tres hijos de 10 y 9 años y 3 meses, trabaja junto a 17 mujeres las cuales producen ají en el distrito municipal El Naranjal. Con humilde aspecto y expresión, Lora dice sentirse bien con su nuevo oficio porque no le interfiere con sus labores del hogar y le permite obtener más ingresos para ayudar a su marido, quien también es agricultor.
Me siento bien y me gusta porque puedo ayudar a criar mejor a mis hijos.
Mientras Juan Medina, de 65 años, y Lorenza Santana, de 50, con más voluntad y necesidad quizás que fuerza, muestran entusiasmo con su nueva tarea.
Yo ablando las habichuela de noche, llego temprano aquí y a las once me voy, cocino y hago los oficios y vuelvo en la tarde, cuenta Santana, quien al igual que Medina, tiene su marido aquejado de salud y no puede laborar ya en el campo.
Ambas agradecen la oportunidad que han obtenido, puesto que la situación económica que padecen es crítica y las posibilidades de empleos en la provincia son escasas.
Mercado
Sin mebargo, los invernaderos manejado por mujeres tienen obstáculos como es el mercado, admite el presidente de Adesjo, Domingo Sobejko.
Parte de la producción se pierde porque el costo del transporte es superior a las ventas y no cuentan con un mercado establecido seguro.
Facilidades
Carlos Bonilla, encargado de Recursos Naturales de la Adesjo, explicó que cada mini invernadero tiene entre 300 y 400 metros cuadrados y produce entre ocho y doce libra de cada vegetal. Señala que la producción es orgánica y los insumos se venden a través de la asociación, pero también se capacita a las mujeres para que puedan producir abono y semillas. Su manejo sólo se otorga a las féminas quienes deben pagar en cinco años hasta el 50% del costo. Hemos enfocado en las mujeres porque queremos darle mayor oportunidad de empleo a ellas que son estructuras de generación segura se ingresos y que además le dan oportunidad de continuar sus labores en el hogar, dice Bonilla.