Aunque repetimos la misma elogiosa opinión acerca de cada colectiva Photo Imagen y “Mes de la Fotografía”, nos consta que esta edición es la más amplia y sobresaliente de todas… tal vez porque concierne, específica y directamente, a la mitad del género humano, de autoras a protagonistas.
Nos alegramos de que permanezca durante octubre, un mes era muy poco para tantos talentos y temas, infinitos…
La muestra cumbre se encuentra en el Museo de Arte Moderno: por cierto muy visitada, suma a las mujeres fotógrafas desde las pioneras hasta las contemporáneas, y a las mujeres fotografiadas. En este caso, los autores son también fotógrafos.
Escuchamos opiniones, considerando sótano y primera planta, dedicados a las autoras, como superiores en calidad y montaje, ¡hasta el punto de que visitamos, casi prejuiciados, el segundo piso!
Son dos enfoques distintos. Abajo están las artistas, arriba son fundamentalmente víctimas, testigos y testimonios.
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Un circuito testimonial
Consideramos esta parte un documento formidable: felicitamos a la curadora, Guadalupe Casasnova –ella misma fotógrafa magistral-.
El extenso circuito de fotografías, necesarias y generosas, innumerables y “politemáticas, nos deja emocionados, golpeados, reivindicativos. La parte video no se queda atrás.
Todas las obras forman parte de la historia dominicana, unas conmemorativas como la lucha sufragista, Celeste Woss y Gil a la cabeza, o “Siete días con el pueblo” y el estrellato de Sonia Silvestre. Pero, en su mayoría son dramáticas, llegando a la tragedia en la evocación de las mariposas y el martirio de las Hermanas Mirabal: no se necesitan fotos de la masacre para imaginar el horror del crimen.
Felizmente, otras fotografías dramáticas no hacen llorar, sino comunican, avanzando el tiempo, compromiso y vida, así en la gesta libertadora del 1965. Milvio Pérez, fotógrafo reconocido de la Guerra de Abril, ha captado allí a las combatientes… En blanco y negro, significan documentos valiosos para la historia dominicana.
Hasta la actualidad
Ahora bien, los testimonios fotográficos que muestran a la mujer defendiendo sus derechos, llegan hasta la actualidad y las reivindicaciones organizadas.
Privilegian enfoques de conjunto y manifestaciones masivas: el cuadro alterna con el mosaico, ambas presentaciones siendo de singular elocuencia.
Las mujeres protestan contra la violencia machista y los asesinatos de sus pares, también abogan por el derecho a disponer de su cuerpo, y por supuesto reclaman mejores condiciones de trabajo.
La atinada colocación en fila de las obras da la impresión de una marcha, decidida e incontenible.
Entre quienes supieron plasmar legítimos derechos y luchas, se imponen Lorena Espinoza y Vilma Cabrera.
La mujer se supera, resiste y triunfa -si no en la acción, en la memoria del pueblo-. Es el mensaje de esta magnífica colectiva que ilustra la epopeya femenina con excelentes fotografías.