Mujeres, sin fecha de vencimiento

Mujeres, sin fecha de vencimiento

 SONIA VARGAS
Mujeres sin fecha de vencimiento, un calendario donde 12 colombianas, entre 50 y 60 años, se mostraron completamente desnudas.

En protesta por la gran cantidad de mujeres que mueren día a día, por causa de cirugías plásticas. Y romper con los estereotipos que exigen estas sociedades latinas, de la mujer perfecta y con este gesto, lograr penetrar en la conciencia de la mujeres, y la búsqueda insaciable de esa perfección, mujeres de 20 hasta de 60 años que quieren ser muñecas, utilizando este medio.

Intentando todo tipo de esfuerzos quirúrgicos y someterse a cualquier riesgo, sin importar la edad.

Y el resultado psicológico que sufren después de cada cirugía, sometiéndose a uno y otro proceso quirúrgico de manera insaciable, convirtiendo esta práctica en algo normal, que las va deteriorando emocionalmente.

Este grupo de mujeres, profesionales de diferentes ramas, abogadas, antropólogas, economistas, periodistas y estrellas de telenovelas, quisieron mostrar que se puede ser bella siempre, y realmente no tener fecha de vencimiento si una se lo propone.

Se exhibieron en este calendario con bellos cuerpos aún a sus edades, sin cirugías.

Con esto ellas quieren marcar el drama que viven las mujeres en esta época, y el dilema con sus figuras y cada día más mujeres mueren en el intento de buscar ese cuerpo, esos senos y esa cara perfecta.

Otras que corren la suerte de salvarse de la cirugías, pero quedan con unos cuerpos descuartizados por una mala práctica, quedando frustradas, resultado éste que le impide para siempre disfrutar a plenitud de su cuerpo, y poder ponerse como una Eva frente a su Adan.

Eso parece ser una obsesión no solo en Colombia, porque en República Dominicana podemos observar cómo las cirugías están en todos los niveles, antes se pensaba que solo era un recurso de la figuras de la televisión y de las artistas, ésto pasó ya al plano de la mujeres públicas, políticas.

Cada día vemos cómo nuevas ricas quieren parecerse tanto a una muñeca Barbie, blanqueándose la piel, alargándose las narices y sacándose hasta las costillas, para lograr la cintura de esta hermosa Barbie.

Olvidándose de trabajar su interior, sus almas y su espíritus, porque sin estos en paz no podemos dar esplendor a nuestro paso, y la pequeñez mental tratar de elevarla a lo más alto, para poder encontrarnos con nosotras mismas.

Y esa falta de aceptación a ellas mismas, a su imagen, cada vez más, es parecida a una muñeca plástica. Esta búsqueda insaciable de ser esbeltas, hermosas, con todos estos intentos de transformación no han logrado solo que la ridiculez, olvidándose de que “donde Dios no puso no puede haber”.

Esta búsqueda perfecta podría ser para las estrellas de cine, pero la mujer pública involucrada en los problemas sociales de un país, ese derroche de glamour, de maquillaje, la hace ver ridícula. Sencillamente desafinada con su discurso.

Y luchar con esta falta de aceptación, en una etapa donde podemos, la mujeres normales, y promedio de 40 y más, saber disfrutar cada segundo de la vida, con diálogos inteligentes para recrear la vida.

Saber hacer el amor como nunca antes, conocer nuestro cuerpo y saber compartir lo que nos gusta tanto en la cocina como en la cama; ya la maternidad es asunto resuelto y hemos aprendido a vivir sin ustedes o con ustedes de vez en cuando. Para qué cirugías!

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