Mary Barra no es la única mujer que atrae multitudes en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica.

La directora ejecutiva de General Motors, la primera mujer que encabeza un fabricante de automóviles global, es un fuerte imán, seguida por grupos de prensa tan grandes que los observadores corren el riesgo de ser pisoteados.

Entre las otras mujeres que atraen legiones de fotógrafos se cuentan las modelos de producto vestidas con atuendos ajustados al cuerpo para promocionar sus autos.

Esta yuxtaposición en el Cobo Center de Detroit pone en evidencia el extraño negocio de vender autos en los Estados Unidos.

Estudios de mercado demuestran que las mujeres influyen en la mayoría de las decisiones de compra, en tanto que los hombres conforman el grueso de los espectadores en las exposiciones decisivas en las que se presentan e inspeccionan nuevos vehículos.

Como bien lo subraya el ascenso de Barra, las mujeres están derribando barreras en el sector, dijo Karl Brauer, analista de Kelley Blue Book. “No sé si ha habido un gran cambio en el clima de salones de automóviles –no creo que haya demasiada presión para cambiarlo, sea para bien o para mal”.

Esto se debe a que unir autos con promotoras atractivas funciona, dijo Margery Krevsky, máxima responsable de la agencia de talentos Productions Plus y autora de “Sirnes of Chrome: The Enduring Allure of Auto Show Models”, en cuya portada aparece la foto de una mujer.