Mujeres y estrategias de sobrevivencia, los sanes y las rifas

Mujeres y estrategias de sobrevivencia, los sanes y las rifas

Las mujeres son proveedoras invisibles. Muchas mujeres no reconocen que trabajan ni que reciben ingresos por vías informales para no competir con el poder masculino.

La mayoría de las mujeres de los barrios están insertas en determinadas redes informales de sobrevivencia que sirven como sistema de ahorro informal. Algunas de estas estrategias son los llamados “sanes” y las “rifas.

 Los sanes.

El San es  una de las redes de sobrevivencia netamente femenina que funciona históricamente en nuestra cultura y en distintos estratos sociales.

El San es una forma de ahorro  cooperativo informal. En él se entreteje una red de mujeres cuya conexión puede ser de días, meses o años. La confianza es el eje principal del San, por eso las mujeres articulan en su red a otras mujeres en las que “confían”. Estas pueden ser vecinas, amigas, compañeras de trabajo o familiares.

El San tiene mucho peso como forma de ingreso femenino, para las mujeres pobres es la única herramienta económica que le permite obtener una cantidad significativa de dinero “junto” para invertir en situaciones de emergencia familiar (enfermedad o muerte) o en la compra de electrodomésticos, mejora de la vivienda, inversión en un negocio o pago de una deuda.

Las rifas.

Es una de las actividades más frecuentes en los barrios y la que se mantiene en mayor nivel de ocultamiento. Esto así por las sanciones legales y formales a esta práctica. La “ilegalidad” de la rifa no ha afectado su permanencia en el tiempo y en la vida de los barrios. Convirtiéndose para muchas mujeres en una estrategia importante de sobrevivencia. “Yo soy rifera de toda la vida, y gracias a eso he podido hacer mi casa y mantener mi familia”.

En los barrios encontramos mujeres que han sido riferas por más de 30 años, logrando con las rifas obtener mejoras importantes en su vivienda y en la vida de su familia. La mujer que es rifera en el barrio administra pequeñas sumas de dinero que le facilita las posibilidades de realizar pequeños préstamos a las otras mujeres y mantenerse al día con el pago del colmado y la farmacia.

Las relaciones de confianza entre las mujeres y su continua comunicación facilita la articulación de este tipo de redes que ofrecen cierto alivio a las condiciones de marginalidad y pobreza en que viven y le permite un cierto sistema de ahorro e incidencia en la mejora de sus condiciones. Las mujeres en los barrios y campos demuestran una gran creatividad para integrarse en redes de sobrevivencia y en generar alternativas económicas a pesar de la falta de oportunidades y exclusión en que viven.

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