Mujeres San Luis se adiestran en oficios no tradicionales

Mujeres San Luis se adiestran en oficios no tradicionales

Cuando debería esperar alguna pensión,  Enriqueta Graciano, con 56 años, ha tenido que buscar un oficio para ayudar al sustento de su familia. Ella, al igual que la mayoría de los residentes de la comunidad de San Luis, en Santo Domingo Este, sufre los embates de la pobreza, aumentada luego del cierre del ingenio, en 1997, que provocó la pérdida de más de 3,000 empleos directos.

Graciano, junto a 67 mujeres, se capacita de manera gratuita en ebanistería, tapicería, producción de hortalizas y confección industrial a través del Centro de Educación para el Desarrollo Comunitario (CEPAC), entidad sin fines de lucro, cuyo trabajo es apoyado por la Misión Técnica del Gobierno de Taiwán y el Programa de Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Promypime).

Taiwán aporta la materia prima para la tapicería y paga el salario de los instructores, según explica Jun Chien Li, de la Misión de Servicios Industriales de ese país en la República Dominicana.

 Chien señala que se busca hacer sustentable el taller de ebanistería y tapicería  a través de  la venta de los productos elaborados.

Con esto, dice, además de incrementar las capacidades, las personas mejoran sus ingresos y, por ende, su calidad de vida. 

El CEPAC lleva 16 años  trabajando en San Luis, tiempo en que ha capacitado a unas 1,600 personas, en su gran mayoría mujeres cabezas de familias, explica Luis Ellis, presidente de la entidad. Luego de ser entrenadas, las personas pueden obtener un préstamo para instalar su propio taller. Ya 17 mujeres cuentan con uno propio.

Ellis detalla que otros proyectos que ejecuta el  CEPAC  son el de prevención de VIH-sida, saneamiento y mejoramiento de viviendas. Para esto ha contado con apoyo de los gobiernos de Alemania, Francia y el Programa de Naciones Unidas  para el Desarrollo (PNUD).

 Próximamente, iniciarán  la confección de ropa interior. 

Las claves

1. Apostar al futuro

Quienes hacenlos cursos de ebanistería y tapicería no sólo se benefician con la capacitación: también pueden optar por un préstamo para instalar su propio taller. Ese paso ha sido dado por 17 mujeres de la zona.

2.  Ropa interior

El próximo paso que dará el centro, que lleva 16 años funcionando en San Luis,  es dar inicio a los talleres de  confección de ropa interior, un producto que siempre cuenta con gran demanda.

TESTIMONIO

Enriqueta  graciano

Agradece oportunidad

Enriqueta Graciano tiene cuatro hijos con edades entre 16 y 27 años. Dos de ellos estudian el bachillerato y en la universidad. Otro de sus hijos labora en un taller de mecánica y su marido se sustenta reparando radios. Los recursos que llegan a la familia son escasos para los gastos. Sólo el que va a la universidad consume en pasaje casi 100 pesos al día. Vistas esas precariedades, Graciano  empezó a aprender un oficio. ”Yo quiero instalar un taller en mi casa para picar el peso y que mis hijos aprendan también a hacer cojines, colchas y poder tener más recursos”, dice, tras agradecer la oportunidad que le diera el CEPAC y el gobierno de Taiwán.

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