Múltiples jornadas de las zoneras

Múltiples jornadas de las zoneras

Gracias a que República Dominicana cuenta con un marco normativo que garantiza  a la mujer el derecho al trabajo en igualdad de condiciones, así como una protección especial a las que son  madres, muchas mujeres han podido insertarse al mercado laboral cada vez con más fuerza.

Sin embargo, aún existe discriminación en cuanto al acceso al empleo y al tipo de ocupación. En adición a esto, existen evidencias de que una vez en el mercado laboral, las trabajadoras enfrentan el choque con sus roles tradicionalmente asignados, en especial el de madre.

De acuerdo a un diagnóstico sobre discriminación laboral femenina, por razón de género en las empresas textiles o maquiladoras, una de las principales barreras que impide el desarrollo de las mujeres es la falta de conocimiento por parte de las trabajadoras de sus derechos laborales y la ausencia prácticamente total por parte de ellas de reclamos de estos derechos.

Esta investigación se enmarca dentro de las actividades del Proyecto Cumple y Gana  (Fortalecimiento de los Derechos Laborales en Centroamérica y la RD), una iniciativa regional que busca “incrementar el cumplimiento de los derechos laborales en Centroamérica y la RD, por medio de la divulgación de la legislación laboral de cada país y la aplicación eficaz de los mecanismos que la tutelan”.

Según explica Cecilia Cortés, de la Dirección Ejecutiva de FUNPADEM, este estudio busca contribuir al conocimiento de la situación del estado de los derechos laborales de las mujeres, con el fin de que pueda ser utilizada como material de consulta para fortalecer las acciones que realizan los diferentes sectores, en procura de fortalecer el cumplimiento de los derechos laborales de las mujeres en República Dominicana.

Según el estudio cuya realización en el país fue coordinada por el Centro de Investigación Para la Acción Femenina (CIPAF), la crisis actual del modelo de producción para la exportación, a causa del fin del Acuerdo Multifibras y el rezago de la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (DR-CAFTA), encuentra a las mujeres dominicanas  desprotegidas en sus derechos y, muy especialmente, en su condición de madres trabajadoras.

Según explica Magaly Pineda, directora ejecutiva de CIPAF, esto es así por las limitaciones de la legislación laboral, que circunscribe la protección de la maternidad al hecho físico del embarazo, dejando de lado otros elementos constitutivos, como el cuidado y socialización de niñas y niños, en especial en sus primeros años.

“En el  estudio queda constancia de que esta situación hace que los niños y niñas de las madres trabajadoras pasen sus primeros años (hasta que empiezan la educación formal) en una especie de limbo donde ninguna de las instancias gubernamentales se hace responsable de la salvaguarda de sus derechos, en la etapa en que no sólo ellos sino también sus madres son vulnerables”.

Discriminación
En RD las empresas aceptan y hasta cierto punto aplican las normas de protección de la maternidad establecidas por el Código de Trabajo. La investigación constató que así lo afirmaron los funcionarios de la Secretaría de Estado de Trabajo (SET), dirigentes sindicales y funcionarios judiciales entrevistados, y lo confirmaron las trabajadoras en los grupos focales y en las encuestas.

Sin embargo, señala el estudio, la mayoría de los empleadores considera que este cumplimiento es una obligación frente a un “privilegio” de las trabajadoras. “No existe una conciencia sobre el rol social que juega la mujer como “perpetuadora” de la raza humana. Los derechos reproductivos y la maternidad se asumen como una responsabilidad de la mujer y no de la familia y la sociedad en general”.

A pesar de que un alto número de mujeres señala que las empresas cumplen sus obligaciones respecto a las normas de maternidad, la situación es completamente diferente cuando se trata de conseguir trabajo, ya que  un alto porcentaje de las trabajadoras encuestadas fue sometido a pruebas de embarazo.

El 38,5% pasó por una prueba médica al momento de la contratación. A pesar de que las empresas no suelen informarles qué tipo de exámenes les hacen, un 21,7% aseguró que fue de embarazo; el 37,4% sólo sabía que se trataba de una prueba de orina y el 14,8% de sangre.

Recomendaciones
El informe insta a la creación de campañas de información que propugnen por la eliminación de las prácticas discriminatorias para el acceso al empleo en las empresas, como son  prueba de embarazo, exigencia de edad o sexo determinado para contratar.

La SET debe buscar una forma de hacer efectivos los descansos de lactancia, y garantizar luego su cumplimiento.

El subsidio por maternidad y para lactancia que contempla la Ley 87-01podría ayudar a solucionar la problemática de la visión de la maternidad como un costo por parte de los empleadores.

Sin embargo, debido a que estos últimos no deberán ya asumir el pago del descanso pre y post-natal, resulta imprescindible que los mecanismos dispuestos para el nuevo sistema sean totalmente efectivos.

De lo contrario, se pone en riesgo la viabilidad de esta garantía legal.

La investigación recomienda además que debería fomentarse el fiel cumplimiento de las disposiciones de la Ley 87-01 que dedican una parte de los recursos del Seguro Familiar de Salud para el establecimiento de los Servicios de Estancias Infantiles, para que estos tengan calidad y cobertura suficiente.

“Se debe fomentar asimismo, la participación de organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos locales para el funcionamiento de las Estancias Infantiles”.

La cifra

4,400 pesos semanales  es el salario máximo que gana una trabajadora de Zona Franca en República Dominicanan  (137,5 dólares).   Poco dinero, si se toma en cuenta que tan solo por el cuidado de los hijos deben pagar  alrededor de RD$300 pesos semanales (9,4 dólares), esto sin incluir alimentos, pañales, etc.

Zoom

Día de una madre zonera
Las trabajadoras se levantan antes de las seis de la mañana y su jornada no termina hasta después de las diez de la noche. Deben levantar a sus hijos “añoñándolos un poquito para que no se despierten gritando”. Luego tienen que arreglar las camas, hacerles desayuno, bañarlos, cambiarlos y “prepararle su bulto , para entonces “bañarme y cambiarme yo, y arrancar con ellos” a la casa de quien los cuida para estar puntualmente, antes de las siete y media de la mañana, en la empresa: si llegan cinco o diez minutos tarde les descuentan media hora del salario.

En el trabajo pasan ocho extenuantes horas, de calor, ruido y una labor mecánica y repetitiva, con media hora de almuerzo. Al  llegar a la casa para iniciar de nuevo su otra jornada. Bañar a los niños, sentarse a dar el seno, prepararles la cena y acostarlos a dormir, para entonces recoger, lavar, fregar los trastes, barrer y “suapear” la casa y, finalmente, descansar.

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