E l presidente de la FIFA, Gianni Infantino, anunciaba recientemente que se había escogido como candidatura única para sede del Mundial del 2030 la que envuelve a Portugal, España y Marruecos. Pero además dijo que se jugarían tres partidos inaugurales teniendo como anfitriones a tres países del Cono Sur: Uruguay, Paraguay y Argentina, los cuales, junto a Chile, presentaban una buena oferta.

Dijimos en un momento que considerábamos fuerte la candidatura Europa-África tras la inclusión de Marruecos, pero no nos deja de sorprender la forma como se decide escoger la misma, se anuncia con bombos y platillos, y que será en tres continentes y que ese Mundial se denomina del Centenario, en alusión a la primera copa mundial jugada en Uruguay en 1930.

Celebramos la sede escogida para el mundial 2030, pero lo que no nos cuadra es que se jueguen tres partidos inaugurales en Sudamérica (y se olvidaron de Chile), para luego esos seleccionados desplazarse a Europa y/o África a seguir en el Mundial. Ha sido un “caramelito envenenado” que Infantino y la FIFA les han dado a los países del Cono Sur. Les lleva tres “partidillos” y los saca de competencia para el 2034 que todo parece indicar que se están inclinando por Arabia Saudita, que ya presentó candidatura, y tiene el carril de adentro porque la única confederación que puede enfrentarlos es Oceanía. Y se jugaría en invierno.

Por cierto, los sauditas buscan votos “patrocinando” eventos de las confederaciones, y nos enteramos que tienen un gran apoyo en CONCACAF, incluyendo el compromiso de la República Dominicana. La sede del 2030 será ratificada en diciembre-2024.