Mundial: argentinos toman el Sambódromo

Mundial: argentinos toman el Sambódromo

RIO DE JANEIRO, AP. El carnaval volvió a Río de Janeiro en julio. Pero ni las murgas ni las escuelas de samba estaban en la calle y el desfile del Sambódromo era una caravana interminable de argentinos.   

Miles de seguidores de Argentina tomaron el sábado el sambódromo, convertido en un campamento improvisado para acoger a la hinchada que llegó a Río para la final de la Copa del Mundo el domingo entre Argentina y Alemania. La mayoría no tiene entrada, pero no quiere perder la oportunidad de acompañar a la selección que jugará en el estadio Maracaná.

Fernando Muñoz y otros tres amigos condujeron 51 horas en auto desde Salta, en el norte de Argentina, solo para seguir el partido en el Fan Fest de Copacabana. Si Argentina sale campeón no se perdonarían no haber estado en Brasil.

“Tenemos fe y es un partido muy parejo”, dijo Muñoz. “Además no somos `messidependientes’ (por Lionel Messi). En el plantel hay grandes jugadores, como (Javier) Mascherano”.

Las autoridades locales habilitaron el Sambódromo como improvisada residencia al aire libre. Algunas cifras estiman en más de 100.000 los argentinos que van a visitar Río el fin de semana. Muchos consiguieron hotel, pero los que no tienen donde quedarse encontraron acomodo en pleno centro de la ciudad.

La gente duerme en los vehículos, en tiendas de campaña o en sacos de dormir en el propio suelo. Los más equipados viajan en caravana, con sus propias camas. El ambiente el día de la víspera era tranquilo a la espera de la gran final. Algunos jugaban a ser Messi con la pelota.

Otros caminaban a la cercana favela de Sao Carlos a aprovisionarse de bebida y mucho hielo para las noches que están por venir. Casi todos comentaban la última hora de la final en pequeños grupos. Otros se acercaban a bares a cargar el celular para comunicarse con la familia.

“No existe Brasil, hay más argentinos que brasileños”, señaló Israel Zalazar, también de Salta. “Hay reconocer que nos atendieron re bien. Este lugar es gratis y la policía es amable”.

Un puesto de atención turística informa a los visitantes de los lugares que pueden conocer y de dónde están las estaciones de metro más cercanas. Pero los que han recorrido más de 2.500 kilómetros en auto solo piensan en buscar el mejor lugar para ver la final. Si puede ser en el estadio, mejor. Pero el Sambódromo, en pleno carnaval mundialista, tampoco es una mala opción.

“Estamos tranquilos”, afirmó Javier, que como otras personas, no quería dar su apellido. “Confíamos y creemos. Alemania no es un rival fácil, pero por ahí Messi se va a destapar”.

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