Hace unos meses que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha estado promoviendo entre los miembros de ese organismo la celebración de un Mundial de Fútbol cada dos años, empezando en el 2024, o sea, dos años después de Catar 2022.
Para lograr su objetivo, Infantino ha estado viajando por todo el mundo tratando de convencer a los dirigentes de todas las federaciones nacionales, pero son muchas las voces que se han expresado en contra de este proyecto
Infantino ha encontrado el rechazo de dos de las más importantes confederaciones, por lo menos en calidad de fútbol, como la UEFA y la Conmebol.
También diferentes personalidades han realizado comentarios adversos. La semana pasada, Hansi Flick, entrenador de Alemania, se negó a participar en una reunión virtual donde se trataría el tema.
Numerosas jugadores, algunos en acción como el croata Luca Modric, y otros retirados como el portugués Luis Figo, el argentino Mario Alberto Kempes (hoy comentarista de ESPN) y el paraguayo José Luis Chilavert, han realizado severas críticas a Infantino por sus ideas.
Una institución de mucho peso como el Comité Olímpico Internacional también ha manifestado su “preocupación” por este intento del presidente de la FIFA, y aunque el mes pasado el presidente del COI dijo que no interferiría en las discusiones del Mundial cada dos años, el sábado, luego de una reunión celebrada en Atenas, dijo que esto podría afectar a otros deportes y a los mismos Juegos Olímpicos.
La intención adversa ha llegado tan lejos, que hasta se ha especulado que varias federaciones europeas, empezando por las nórdicas, se rebelarían y hasta renunciarían a la FIFA.