Municipio Padre Luis Quinn

Municipio Padre Luis Quinn

MANUEL ALEXIS READ ORTIZ
Pedro Alegría Soto, senador por la Provincia San José de Ocoa está promoviendo un proyecto de ley cuyo artículo primero es del siguiente tenor:

“El municipio de San José de Ocoa, Provincia San José de Ocoa (sic), se  llama municipio Padre Luis Quinn, a partir de la vigencia de la presente ley”.

Contra ese despropósito rompo lanzas.

1º. La región que en la actualidad comprende la Provincia San José de Ocoa fue conocida en sus orígenes con la denominación Maniel, para referirse al lugar donde encontraron eficaz  protección y abrigo un grupo de esclavos que huían de la dominación colonial española.  Del Maniel tenemos noticia documental desde el siglo XVI (véase Fray Cipriano de Utrera,” Santo Domingo: Dilucidaciones Históricas (I – II), Pags. 325-328, Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, S. D. 1995).

Aunque este Maniel, llamado en los documentos históricos  Maniel Viejo, fue destruido en el año 1667 (José Gabriel García, Compendio de la Historia de Santo Domingo, tomo I, Pag. 147, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, S. D. 1979), a comienzos del siglo XIX, otro grupo de negros esclavos se estableció en las lomas de San José de Ocoa.  Según David Dixon Porter, oficial norteamericano que pasó por el Maniel en el año 1846,

“Maniel fue descubierto por una banda de esclavos fugitivos de donde tomó su nombre” (Diario de una Misión Secreta a Santo Domingo (1846), página 116, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Inc., 1978). Este Maniel, llamado “ de los Lorenzo”,  fue en mi opinión, el último que existió en esta parte de la isla.

El nombre Maniel  persistió durante largos años, y, recuerdo que muchos banilejos y azuanos nos llamaban manieleros y a la zona El Maniel. Producto atávico de esa designación,  en un artículo reciente aparecido en este mismo diario, Fabio R. Herrera Miniño _ por cierto, banilejo_ habla del “bienestar de la región del Maniel y del  “Valle del Maniel” (Hoy, jueves 25 de octubre de 2007).

2º.  San José de Ocoa está compuesto por San  José y Ocoa. Este último nombre es de innegable raíz taína  (Emilio  Tejera, Indigenismos, tomo II, Pág. 1124, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, S. D. 1977).

La primera mención de San José   la encuentro en el ya citado Diario de una Misión Secreta a Santo Domingo (1846).  En la página 110 leemos:

(…) “ según nos acercábamos al Valle de San José” (…)

Aunque no tengo base documental para asegurarlo, creo que el toponímico  lo pusieron los monteros banilejos que el siglo XVIII comenzaron a explorar esporádicamente el territorio manielero y que ya en 1805 se establecieron con vocación de permanencia, _huyendo como sus predecesores esclavos_ de la persecución, esta vez del invasor haitiano, que en 1805 redujo a cenizas el poblado de Baní.

Por eso ahora cobra importancia lo que le dijo en 1846 el Coronel Cheri Victoria al teniente Porter:

“Siempre podemos conseguir abundancia de cuanto requiere para   mantener la vida, y nuestras esposas e hijos están seguros del invasor y saqueador.  Mientras sean fieles a sí mismos, la pequeña banda de hombres que componen el asentamiento pueden defenderse contra cualquier ejercito que se levante contra ellos” (Diario, Pag. 113).

De todo cuanto hemos dejado escrito es fácil advertir:

a) que nuestra tierra fue refugio en sus mismos comienzo de hombres y mujeres que buscaban el más preciado de los derechos, después de la vida, la libertad.  Llámese Maniel o  San José de Ocoa, es un timbre de gloria para sus hijos que les llamen ocoeños o manieleros.

b) tanto la denominación Maniel como la actual San José de Ocoa tienen una historia varias veces centenaria y, en consecuencia, son patrimonio del pueblo, del país, al mismo título que nuestras islas adyacentes.

Con el nombre Maniel o San José de Ocoa nuestros padres fundadores forjaron a lo largo de los años una comunidad que supo consolidar la Independencia Nacional en la batalla del Arroyo del Pinar el 30 de abril de 1844; que derrotó a las tropas de ocupación española en la batalla de Rancho Arriba (diciembre de 1863) y dio lucha a esas mismas tropas en la  Eneita (4 de enero de 1864); y que peleó la batalla del trabajo, que luchó contra el aislamiento. Y no sigo.  Si la buena tradición histórica no tiene valor ni merecimientos, que Dios nos meta su mano.

3º. En materia de prodigalidad ditirámbica me declaro francamente banilejo, de manera que no exagero en las líneas que siguen.

El Padre Luis Quinn viene de las entrañas del proletariado inglés.  Su padre David Quinn (casado con Mary Elizabeth Cassidy) era un obrero de los astilleros de New Castle, Inglaterra.

El Padre Luis que conocimos siguió en cierto modo los caminos de su padre como obrero del Señor.  Y lo hizo con una entrega total, con austeridad, probidad y humildad (“humildad proverbial”, como dice el quinto considerando del ante- proyecto de ley del Senador Alegría Soto).  De él se puede decir que no poseyó ni una piedra para reclinar su cabeza,  porque la casa cural donde vivió desde 1965, es propiedad de la Parroquia de San José de Ocoa.

Creo que el Padre Luis sería el primero en rebelarse contra el intento de cambiar el nombre de una región a la que amó profunda y entrañablemente y que él conoció con el nombre de San José de Ocoa.

4º. Finalmente, comparto estas recomendaciones hechas en 1958 ó 1959, por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, citadas por Carlos Larrazábal Blanco:

“Tomando en cuenta que existe una tendencia a sustituir los toponímicos tradicionales por denominaciones relacionadas con hechos o personajes modernos, y que de esa manera  se borra la memoria de aquellos y se dificultan los estudios geográficos y antropológicos, se acordó recomendar a los Estados Miembros que, en lo posible, se restituyan los toponímicos tradicionales, con su propia ortografía, y que en lo sucesivo, se evite y si es posible se impida la sustitución de nombres pertenecientes a un pasado remoto y respetable, por denominación modernas” (Toponimia, Págs. 48-49, Sociedad Dominicana de Geografía, Editora del  Caribe, C.por A., S. D 1972, negritas mías, A. R.)

El autor es nativo de San José de Ocoa.

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