El Poder Ejecutivo ha actuado de manera desconsiderada con los municipios. Aunque la Ley 166-03 dispone que deben recibir el 10% de las recaudaciones fiscales, el Gobierno central jamás ha cumplido ese mandato y siempre busca argumentos para tratar de justificar su actitud. El resultado de ese recorte es que  los gobiernos municipales se ven limitados en la capacidad de resolver las necesidades de sus demarcaciones.

Ahora, con la carta de intención sometida por el Gobierno al Fondo Monetario Internacional, y aprobada por éste, aumentan las preocupaciones financieras de los ayuntamientos. Esa carta contempla un recorte de un 12% en los gastos generales de la administración del Estado y esto significaría una reducción considerable de la asignación que reciben los ayuntamientos, que ya está recortada porque el Gobierno no cumple el mandato de la Ley 166-03.

No es nada envidiable la situación que  le espera a los municipios a partir de este mismo mes y por lo menos hasta diciembre. Al margen de lo bien o mal que los gobiernos municipales administren sus finanzas, el recorte acordado con el FMI los empobrecerá aún más. El Gobierno Central jamás ha podido justificar la violación de la ley que fija la asignación de los ayuntamientos, a los que ahora condena a ser más pobres por el recorte acordado con el Fondo.

Asaltos a viajeros

Los asaltos en la Autopista de Las Américas no se producen contra todo el que sale del aeropuerto del mismo nombre. De estos despojos solo son víctimas algunos viajeros.

La selectividad de los asaltos obliga a creer que en el mismo aeropuerto hay cómplices que dan a los asaltantes información precisa sobre valores y equipajes de algunos viajeros. Esa complicidad no sería nada extraño, si se toma en cuenta el grado de infiltración delictiva que hay en ese aeropuerto.

 Según datos oficiales, en lo que va de año se han producido a la salida del aeropuerto 29 asaltos a viajeros. La más reciente operación de este tipo fue ejecutada el miércoles último.

Tal vez sería bueno plantar en la zona un cartel gigantesco que le diga a los viajeros que han llegado a un aeropuerto en el que es posible que les asalten al abandonar esa terminal.