Municipios y Congreso: límites del Poder Ejecutivo

Municipios y Congreso: límites del Poder Ejecutivo

Muchos dicen que en nuestra sociedad los presidentes son reales monarcas, porque los usos y costumbres de la cultura política del país les permiten sobrepasar los límites que al ejercicio de sus mandatos les imponen las instituciones que norman el sistema: el Congreso y el régimen municipal, en tanto expresiones básicas de la división y descentralización de los poderes. Muchos invocan un abstracto marco institucional para ponerle control al monarca, pero muy pocos advierten que, de hecho y de derecho, es en las referidas instituciones donde podría materializarse esa invocación. También que, conquistar esas instancias contrapesos del Poder Ejecutivo podría ser inicio de la solución práctica del problema de cómo y para qué sacar al PLD del poder.
Por otro lado, tomar en cuentaque, a partir de los años 80 con la quiebra del Estado Benefactor se inició la política del desmonte de las conquistas sociales logradas por la clase trabajadora de los países desarrollados, estableciéndose un nuevo paradigma del desarrollo basado en una nueva visión sobre las funciones de las regiones y de los municipios. El referido desmonte determinó nuevas formas de luchas políticas y sociales, las cuales salieron de los estrechos marcos de las relaciones trabajo/capital en los centros fabriles, agrícolas y comerciales, escenificándose principalmente en las esferas de las demandas de servicios sociales en los espacios urbanos, en los territorios, en la demanda de derechos de la mujer y el fin de toda discriminación por cuestiones étnicas o religiosas.
Esa visión de la lucha política se expandió en todo Occidente determinando que algunas fuerzas políticas de vocación alternativa hayan desarrollado iniciativas de lucha sociales y políticas en los espacios urbanos y el territorio,logrando significativas inserciones y/o predominio en instancias donde se toman las decisiones políticas fundamentales: en los ayuntamientos y el Congreso.En esta última instancia, España es un ejemplo. Aquí, este tema cobra particular relevancia, porque una presencia numéricamente significativa en el Congreso y los ayuntamientos de gente altamente solvente ética y profesionalmente, además de real contrapoder a no importa quién sea el próximo presidente del país, posibilitaría un Congreso que pueda incidir en el establecimiento de una Justicia mínimamente independiente y autoridades municipales que administren el territorio con eficiencia y pulcritud.
Giuglio Andreotti, la más brillante, poderosa y siniestra figura de la otrora estructura política/mafiosa italiana, con su inigualable cinismo decía: “El poder desgasta, sobre todo cuando no se tiene”. El desgaste del PLD en el poder es directamente proporcional al desgaste de quienes se le oponen, mientras estos no logren una amplia y variada forma de unidad para derrotar el régimen de impunidad, corrupción e ineficiencia, llevadas hasta la náusea por ese partido. La desmovilización de la juventud, la paralizante dependencia de cientos miles familias de bonos y comida por “tandas extendidas” para los escolares, etc., seguirá acentuándose mientras más dure el poder peledeista.
Detener esa tragedia sólo es posible rompiendo el círculo perverso del desgaste del PLD que acompaña el desgaste de la oposición, iniciando una transición hacia un cambiosustentado en una presencia numéricamente significativa en el Congreso y los ayuntamientos de gente con capacidad de limitar el poder del monarca.

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