Murió Carlos Monsiváis, el escritor   mexicano más importante en la actualidad

Murió Carlos Monsiváis, el escritor   mexicano más importante en la actualidad

Aún sin recuperarse de la pérdida del Premio Nobel de la Literatura Portuguesa, José Saramago, el mundo de las artes y la literatura recibe la mala nueva de que falleció el cronista de la ciudad de México, Carlos Monsiváis, un intelectual que mezcló con maestría la investigación sociológica de su país con trabajos literarios de importancia sobre el cine, la televisión y el bolero.

Carlos Monsiváis nació y murió en el Distrito Federal, (4 de mayo de 1938-19 junio 2010) y logró convertirse en el escritor contemporáneo más importante de México.

“El hombre ciudad”, como lo calificó el ensayista y poeta mexicano Adolfo Castañón, quien además lo considera su maestro,  provocó esta bella frase que nos enviara vía mail: “al fallecer el hombre llamado ciudad, ésta se estremeció imperceptiblemente como al paso de un eclipse. Por un momento por la ciudad campeó  la ausencia del hombre que la había amado en todas sus formas y que le  había buscado un centro a través de la voz, la memoria y la palabra”.

La obra de Carlos Monsiváis es tan prolífica que nisiquiera puede ser contada, tiene más de 50 títulos y miles de millares de artículos y ensayos publicados en revistas culturales y en los periódicos en los que colaboraba. Sin embargo, destacamos algunos títulos ya que los mismo revelan su multiplicidad de intereses: Pedro Infante: las leyes del querer. Frida Kahlo; Recetario del cine mexicano; Aires de familia: cultura y sociedad en América Latina; Los mil y un velorios de la crónica roja; El Bolero; y Bolero, clave del corazón.

Fue este último tema el que en abril del año pasado lo trajo al país. Fue uno de los invitados esenciales del III Congreso Música, Identidad y Cultura en el Caribe. En el mismo ofreció una conferencia magistral, en la que compartió toda su lucidez, a pesar de las ya evidentes dificultades que tenía para respirar.

Le hicimos una  entrevista  en la que mostró gran dominio sobre literatura dominicana y, para más detalles, en medio de la misma nos pidió permiso y se paró a pedir las letras de “Aunque me cueste la vida” del propio puño de  Luis Kalaf para su Museo del Bolero.

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