República Dominicana perdió a una leyenda y una gloria sin par
Aunque se fue ayer, Johnny Ventura, el Caballo Mayor, siempre será el merengue, la inspiración de su país, la alegría y el sentir de la tierra en la que nació. Tan importante fue para su amada República Dominicana que a todos nos duele su súbita muerte: era tan fuerte y vigoroso que parecía eterno, nadie pensó que se iría a los 81 años.
No recuerdo, honestamente, cuándo fue la primera vez que lo escuché: siempre formó parte de la banda sonora de mi vida porque sonaba en la tele, en las fiestas y hasta en las tiendas.
El era el rey en aquella avenida Duarte de mi infancia, cuando iba a trabajar en la farmacia de tío de Saso, por lo que oírlo me recordaba episodios memorables.
Hace pocos días dio una entrevista a El Caribe y afirmó que mientras tuviera vida no habría retiro. ¿Quién habría pensado que el destino sería tan macabro para llevárselo tan pronto? ¡Con todo lo que tenía planeado hacer todavía!
Ayer, dos horas antes de que se confirmara su muerte, había subido un vídeo a su cuenta de Instagram. “Extraño el calor humano de mi público, vamos a protegernos para regresar pronto a la normalidad”, escribió. Ojalá que ahora todos le honremos y cumplamos el que hoy es su último deseo.
También que se haga realidad la recuperación del Yaque del Norte, ya que su última grabación fue un vídeo para la campaña Soy Yaque.
La muerte del Caballo, en tiempos de covid y a pesar de haberlo superado con éxito, nos recuerda que la vida es frágil y que nos podemos ir en un instante. Por ello, aprendamos a vivir. Aprovechemos el ahora y seamos felices. ¡Nadie sabe!
Johnny Ventura era parte del alma de la nación. Sin él la música queda huérfana: es un golpe muy duro