Enriquillo Rivas Saviñón, un ferviente defensor de la agropecuaria nacional, principalmente de la pecuaria y en especial de la avicultura. Era médico veterinario brillante, asesor de las grandes producciones de pollos y huevos locales y de Centroamérica.
Fue asesor en esa área de varios secretarios y ministros de Agricultura del país. Fue un ferviente defensor de la producción nacional. En el desempeño de su profesión demostró capacidad y alto nivel de responsabilidad.
Fue subsecretario de Agricultura. Nació en 1940 en Arenoso, provincia Duarte, hijo de Carlos Rivas (pionero agricultor y molinero) y de Violeta Saviñón. El país perdió a un valioso ciudadano con una enorme calidad humana, dice su amigo Hugo Guilliani Cury: “me encantaba conversar con él. Era agudo e inteligente y con la experiencia profesional que tenía, muy pocos en este país podían equipararse a Enriquillo.
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Fue también un excelente comunicador y productor de programas en la TV. Quedarán conmigo los recuerdos de nuestros tiempos de correría a inicios de los 70: Arenoso, Las Terrenas, Ocoa, la frontera y otros que ya escapan a mi mente”, precisa, y agrega, también, los tiempos que sentados en “La Peña de los Jueves”, con los muchachos de Santiago, sin Plinio Jacobo ni Enriquillo y con Guillermo Bonnelli ausente, ese trago y esa conversación ya no serán lo mismo.
Murió el 30 del mes pasado, dos días antes de cumplir 82 años. Su amor a la avicultura era tan grande que cuando se produce un alboroto en una granja, Carlomagno González evoca a Enriquillo Rivas.