Muro fronterizo es económico, no perimetral

Muro fronterizo es económico, no perimetral

Ubi Rivas, periodista y productor

Los dos únicos muros efectivos: el de Berlín y el de Estado Israel

En su discurso al Congreso Nacional en ocasión conmemorar 177 aniversario de la fecha magna patria 27 de febrero, nuestro presidente Luis Abinader expuso entre otras novedades rendición cuentas, disposición construir muro fronterizo con nuestro incordioso vecino haitiano, con intención de controlar el flujo migratorio irregular hacia nuestro territorio.

Comienzo demostrando que todos los muros de nuestra historia han resultado obsoletos, porque todos se burlan por arriba o por debajo, comenzando por irrisoria Muralla China, superbo disparate y fiasco, imposible controlar seis mil kilómetros.

Los dos únicos muros efectivos que conozco fueron el de Berlín y el Estado de Israel para atajar a lo s palestinos en Franja Gaza y Cisjordania, porque tanto alemanes del Este y palestinos, sabían los primero y hoy los segundos, que de intentar burlarlos los asesinaban los comunistas alemanes y hoy el Tzahal israelí.

Reitero en nuestro caso, para controlar al máximo, no total, el trasiego de haitianos indocumentados, la opción más viable es la económica, consensuando nuestro presidente Abinader con EEUU, CDanad´y Unión Europea conquistar empresarios de esos países invertir construyendo zonas francas el lado haitiano, si en verdad esos países están de hecho, no de palabras, por propiciar un mejor nivel de vida haitiana, lastrada siempre, sin ayuda real de nadie.
Obtenida esa providencia, nuestro presidente Abinader disponer crear una comisión de veedores integrada por religiosos, empresarios, sindicalistas, legisladores frrontrizos para verificar el comportamiento real de militares asignados en la frontera que dizque controlan el de ilegales, cuando sabemos que son los mayores beneficiarios del mismo para enriquecerse rápido y mucho.

Esos son los dos muros eficaces que la experiencia señala implementar, y el perimetral es pura fantasía, dispendio de recursos inaceptables nunca, más ahora, en conocidos tiempos económicos precarios, para solo enriquecer a quien lo construya.

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