Con el inicio de la construcción de un muro físico y tecnológico de 160 kilómetros, cuyos trabajos fueron inaugurados por el Presidente Luis Abinader el pasado domingo, se da un salto hacia la gestión de la frontera con Haití que tiene muchas vertientes, no solo la migratoria, y que representa un punto de inflexión histórico que nos pone en línea con decisiones similares que han tomado muchos países para evitar ingresos masivos o fortalecer la seguridad nacional.

Cuando la caída del muero de Berlín en 1989 habían 6 muros fronterizos en el mundo, en la actualidad hay alrededor de 70,construidos en hormigón armado, alambres, metálicos, hasta de arena y la mayoría acompañados de dispositivos tecnológicos.

Hay muros fronterizos cuyo propósito es evitar la inmigración y es el caso de Francia en Calais Norte, para frenar el ingreso de indocumentados a Gran Bretaña; España con Ceuta y Melilla, más recientemente varios países europeos se están protegiendo de los potenciales inmigrantes provenientes de zonas en conflictos y son demasiados los casos para enumerarlos;también los EEUU comenzaron a edificar en su frontera con México una barrera de alrededor del 1,000 kilometros en el Gobierno de George W. Bush y Donald Trump tuvo la meta de construir 1,600 adicionales pero no pudo completarlos.

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Se han construido muros por razones de seguridad nacional como es el caso de Israel que dispone de seis muros fronterizos, Arabia Saudita-.Irak, una barrera de arena de 900 kilometros con vigilancia electrónica y la más larga del mundo es una cerca alambrada de 2,700 kilometros construida por la India en la frontera con Bangladesh, para solo citar unos ejemplos.

En el caso de nuestra frontera son varios los factores, entre ellos la inmigración ilegal que ha convertido a los haitianos en una minoría importante que representan una carga para el sistema sanitario, de salud y representan un obstáculo para la modernización de ciertos sectores y la mejoría de los salarios reales.

Pero no solo es inmigración, es control del contrabando, del narcotráfico, de las armas y en la situación actual de Haití, donde grandes territorios son dominados por bandas armadas, representan un peligro para el país porque podrían incursionar para realizar asaltos y secuestros, por eso el muro fronterizo es además un tema de seguridad nacional.
Para los contrarios que opinan no garantiza nada de eso, es parcialmente cierto, se requiere de vigilancia con una tropa elite que sea supervisada y rotada para romper con la tradición de la complicidad de las autoridades con los traficantes de todo tipo.

Con esa decisión histórica del Presidente Abinader, valiente por lo demás porque enfrenta en su partido y en ONG´s a simpatizantes con la causa de que el país cargue con Haití, se da el primer paso firme en pos de organizar la frontera y esto va a crear un precedente obligatorio a los próximos gobiernos a completar el muro en los 378 kilómetros y seguir garantizando la seguridad y la soberanía nacional.