Museo de Arte Moderno, más de un cuarto de siglo de historia en el arte

Museo de Arte Moderno, más de un cuarto de siglo de historia en el arte

El entorno es propicio para el arte. El verdor de las áreas exteriores, las monumentales esculturas y edificaciones, que más que exhibirse parecen acoger a cualquier viandante. Y más allá, ya cuando se atraviesa el umbral, respiramos historia, sombra, luz, color y el eterno compromiso que nuestros propios deseos han creado con el arte.

¿Quién imaginaría que esta edificación albergaría tantos valores artísticos? Quizás sólo unos cuantos sabían de este ambicioso proyecto, entre ellos: José Miniño, arquitecto creador y constructor de esta edificación que anteriormente se llamaba Galería de Arte Moderno.

El Museo de Arte Moderno abre sus puertas tal como es, con cuatro niveles, un 15 de diciembre de 1976. Hoy, yace junto a otras edificaciones dispuestas también para el mismo fin: la cultura, esto sumado al esfuerzo humano que asegurarían la realización de este gran sueño.

Su diseño espacial, con amplias salas de exposiciones que constantemente acogen valiosas obras de reconocidos artistas, mantiene un diseño actual, a pesar de los ya 26 años de su construcción.

Bajo la concepción de exhibir de forma permanente obras que representen la plástica de la República Dominicana, el hoy Museo fue inaugurado como Galería de Arte Moderno un 17 de diciembre de 1976. Pero tomando en cuenta la importancia de dicha institución, se le otorgó en 1992, bajo decreto del Poder Ejecutivo, el nombre de Museo de Arte Moderno.

[b]Galería de directores[/b]

En los 26 años de fundado, el Museo del Arte Moderno ha tenido cinco directores. Son ellos Antonio Fernández Spencer, quien se destacó como poeta, educador, crítico literario y filósofo, y en 1964, fue Premio Nacional de Literatura. Murió en 1995.

Así también, Rosa Meléndez, Porfirio Herrera, Alberto Bass, quien es pintor, crítico de arte y ha expuesto tanto en el país como en Europa y Estados Unidos, y Sara Hermann, actual directora de la Galería Museo, quien nació en Santo Domingo, pero vivió mucho tiempo en La Habana, Cuba, donde estudió Historia del Arte. Fue catedrática de historia del arte e historia del arte dominicano y ha presentado ponencias y disertaciones sobre arte contemporáneo del Caribe.

[b]Sobre el arte joven[/b]

Al cuestionarla sobre la apertura que en los últimos años ha tenido el arte joven en el país, Sara Hermann afirma que está de acuerdo en que lo ha habido, pero que ese lugar se lo han ganado los artistas.

“Es verdad que las instituciones hemos trabajado para fomentarlo, pero también los artistas, con la seriedad, el trabajo, la profesionalidad, la constancia, la persistencia y el trabajo serio se lo han ganado. Esto es un trabajo en equipo, la idea es que cada quién aporte algo. Todos tenemos algo positivo que aportar”.

La directora del Museo de Arte Moderno explica que la juventud del arte dominicano no está determinada por la cronología necesariamente, y sí por esa fuerza, esa trascendencia y contundencia que tienen los planteamientos de los creadores dominicanos.

“Creo que es un momento positivo para la creación y no solamente de esa preñez de proyectos que tienen todos los creadores, sino también por la intención de presentarlos y trabajar con ellos. Estamos haciendo una serie de encuentros periódicos para que presenten su obra al público, lo que va a crear un espacio de diálogo y será un lugar de reflexión”.

Agrega que la cultura del arte se ha enriquecido y el conocimiento es tan amplio y universal que uno no se puede especializar en una sola cosa y no se puede trabajar con un grupo específico.

[b]Sara Hermann, amante de las artes plásticas[/b]

Su gestión como directora del Museo de Arte Moderno ha estado repleta de múltiples satisfacciones. Así tendría que ser, para quien asumió esta posición con la convicción de que se constituía en uno de los compromisos más grandes de su vida.

De esta forma, en el 2000, asume la dirección de una institución que había sentido su casa y su vida, de ahí que manifiesta que lo hizo con la alegría y el convencimiento de que estaba decidiendo lo correcto.

Pero desde 1992, el Museo entra a formar parte de ella. Hace alusión que en ese entonces, Porfirio Herrera le confiere el honor de trabajar en su equipo, llegando a ser guía, asistente en la organización de las bienales del Caribe y del director y directora del departamento de publicaciones.

Y aunque en 1995 salió del Museo para trabajar en la Fundación Altos de Chavón, siempre mantuvo el contacto (incluso cuando fue a residir a Cuba, donde se especializó). A su regreso al país tuvo la oportunidad de asumir la dirección del lugar que había amado profundamente.

“Fue volver a mi país, a mi casa, a mi lugar y es un gran compromiso, porque depositaron en mí una confianza que entiendo fue fundamentada no solamente en mi experiencia de trabajo y preparación académica, sino también en el profundo amor que siempre le he tenido a esta institución. Es un amor eterno”.

Entiende que fue un gran compromiso y una gran responsabilidad que había que asumir con la solemnidad del momento. Y el hecho de que la Secretaría de Estado de Cultura y Tony Raful decidieran tomarla en cuenta en la conformación de su equipo hace que todos los días agradezca su confianza.

“Es un trabajo bonito, arduo, constante, y fue uno de los compromisos más grandes de mi vida. Estaba volviendo a mi país a servir y hacer algo productivo para la nación. Esto es la definición de servicio público. Me gusta mucho el trabajo que estoy haciendo y esto es sólo el principio. Creo que eso va a hacer que seamos un poquito mejores cada día”.

Destaca que la conformación de un equipo de trabajo, tendiendo la oportunidad de trabajar con historiadores, doctores, investigadores y especialistas del arte, permite facilitar la labor diaria del museo.

[b]Logros[/b]

Entre los logros que llenan de satisfacción a Sarah Hermann, directora del Museo de Arte Moderno, se encuentra el hecho de haber sacado al museo del museo, que traspasara las fronteras de sus paredes con varios eventos y reproducciones y llevándolo a lugares como Azua, Pedernales, Samaná, Higüey, Barahona, junto con talleres para la multiplicación del conocimiento y talleres de profesores, adultos y niños. Y esto, hacerlo constantemente.

También, la idea de abrir exposiciones y eventos paralelos, junto a las Bienales, “creo que han sido de las cosas bastantes positivas, y creo que para eso es que uno está. El servicio público es general y debe conducir hacia los cuatro puntos cardinales del país”.

Sara Hermann se ha sentido ligada al arte toda su vida. Desde pequeña su madre le inculcó ese amor por las artes y cuando le toco elegir una carrera se decidió por ella. Hoy está segura que no se equivocó y que ni puede vivir sin arte.

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