El Museo de la Catedral, tesoro histórico religioso, recién inaugurado, es un espacio colonial totalmente recuperado, renovado y modernizado, en la emblemática Ciudad Colonial, justo en la Isabel La Católica 103.
Su recorrido resulta interesante no solo para quienes practican la religión católica, sino para todo aquel que se interese en conocer la cultura del país desde su evangelización.
Es además de exhibición de imágenes religiosas y objetos antiguos centenarios, un espacio en el que se diversifica y se fortalece la oferta turística religiosa y cultural del centro histórico. Su visita es un total deleite sensorial, vivencial, que inicia en el lobby de la casona colonial hasta recorrer cada uno de los rincones que conforman el espacio museístico.
Toda su infraestructura, reacondicionada y dividida en doce salas expositivas con objetos y elementos interactivos y didácticos, transportan al visitante a otros tiempos.
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El recorrido
Luego de hablar con su directora, la señora Fabiola Herrera sobre nuestro interés en realizar este reportaje para Vivir, hicimos el recorrido.
Nos introdujo la señora María Isabel de Valdez, parte del personal voluntario que labora en el museo, mientras que, José Méndez, también del equipo, nos guió por todas las salas.
Al ponerse a la orden respecto a la realización del reportaje, la señora Valdez expresó: “Todos aquí somos voluntarios, somos católicos, devotos mariano. Nos unió la celebración del centenario de la Virgen de la Altagracia.
El tour inició en el lobby, con la observación del retablo de Santa Ana y un púlpito barroco del siglo XVIII. A seguida -al frente- se encuentra la Sala Temporal, en donde se aprecian imágenes de distintas interpretaciones Virgen.
Luego, a la izquierda, la Sala de Exposiciones Temporales, en la cual se exhibe una diversidad de imágenes de madonas y ángeles, la virgen del Rosario, virgen de la Leche con el Niño Jesús en brazos, dándole el seno, del siglo XVIII, la virgen de Panamá, virgen de Lourdes, el Arcángel San Miguel del siglo XVIII, una exposición mariana en madera, una imagen de San Rafael del siglo XIX, la cual según el guía Méndez, se cree estuvo en la inauguración del Palacio Presidencial durante el gobierno de Rafael Leónidas Trujillo; sagrarios del siglo XVI y XVII, la corona emblemática de la virgen de la Altagracia…
Están, igualmente, las Sala de La Fe, en donde a través de un audiovisual 360 se pueden apreciar las diferentes etapas del cristianismo; Sala de la Evangelización, en donde se exhiben elementos como: el mapa de la República Dominicana con una cruz en el centro iluminada, el mapa de las primeras iglesias, de la cultura de los pueblos, rocas, caballos…
También, la Sala de la Piedra Angular, aquí se encuentra una réplica de piedra pentagonal, símbolo de la primera con la que se construyó la Catedral Primada de América. La original permanece actualmente en la Catedral.
A seguida se encuentra la Sala Maestros Canteros, donde se observa un sinnúmero de piezas elaboradas por ebanistas españoles y dominicanos, y firmas de los maestros que construyeron la Catedral.
Está igualmente la Sala Evolución e Historia de la Catedral, se aprecian aquí todos los documentos con los datos sobre la construcción en principio de la Catedral, sus diferentes estilos: gótico, románico y barroco. Le siguen la Sala Lápidas, panteones, criptas y tumbas anónimas.
Le sigue la Sala De Cárcel a Museo, en donde se observa un pozo en donde para la época se lanzaba a los presos hasta que estos morían. Aquí, hay también objetos antiguos como clavos, pipas, azulejos, tinteros, vasos, botellas…
A continuación está la Sala de Investigaciones Arqueológicas, en esta los visitantes pueden ver unas osamentas de un indígena y un español.
Continúan la Sala del Descubrimiento de los Restos de Colón, Sala Capilla Nuestra Señora de la Altagracia; Sala Fachada Oeste o Puerta del Perdón; Sala Coro Bajos.
Cuenta también con la Sala de la Cofradía, con una diversidad de elementos de procesiones, de devoción, escapularios, coronas, santos elaborados en madera, crucifijos, exvotos o promesas, la casulla que usó el papa San Juan Pablo II en 1979 cuando visitó la República Dominicana.
Y, finalmente, la Sala Tesoro de la Catedral, literal, un enorme tesoro compuesto por valiosas piezas de siglos pasados, joyas en oro, plata y piedras preciosas donadas por familias relacionadas a la Iglesia Católica. Se encuentran aquí desde porta paz antiguos en oro y plata de 1495; cáliz del siglo XVI, navetas, crismeras, coronas, pulseras, collares del siglo XVII y XIX, exvotos, crucifijos, rosarios…