MUSEO DE PONCE Espléndida pinacoteca por descubrir

MUSEO DE PONCE  Espléndida pinacoteca por descubrir

Un fondo de 4.500 obras de todos los estilos y épocas son el aval del museo, que abrió sus puertas en 1959 gracias a la labor filantrópica del empresario y gobernador de la isla Luis Alberto Ferré (1904-2003) con 71 cuadros de su colección privada.

Nacido en Ponce, Ferré tomó contacto con el arte durante su etapa estudiantil en Estados Unidos antes de volver a su isla natal, donde a la vez que desempeñaba una brillante carrera como empresario y llegar a lo más alto de la política al convertirse en 1968 en el tercer gobernador elegido por los puertorriqueños quiso dejar un legado cultural que perdurara.

Ferré tenía la visión de reunir un compendio de arte occidental con obras de artistas de cada una de las escuelas de los principales países europeos y Estados Unidos, con especial énfasis en las de Italia, España, Países Bajos, Francia e Inglaterra.

El filántropo también quiso respaldar la tradición artística puertorriqueña al reunir obras del siglo XVIII hasta el presente, además de trabajos de maestros latinoamericanos que fue adquiriendo desde la década de los sesenta del pasado siglo.

El punto de inflexión de la pinacoteca se produjo en 2010, cuando después de recorrer nueve países y 16 museos la colección permanente regresó a su hogar para la reapertura en noviembre de ese año tras un ambicioso proceso de renovación que costó 30 millones de dólares.

El objetivo de la dirección del museo era conseguir hasta 100.000 visitantes por año, una cifra que puede considerarse exigua para un gran museo de categoría mundial pero un reto para una pinacoteca situada en una ciudad de cerca de 150.000 habitantes del sur de la isla de Puerto Rico.

“Sol ardiente de junio” de Frederic Leighton. El museo tiene un fondo variado pero, sin duda, su obra emblemática es “Sol ardiente de junio” del inglés Frederic Leighton (1830-1896), cuadro en el que plasma un ideal estético a través de la voluptuosa mujer que duerme acariciada por el sol mediterráneo. Seguidor de una tradición figurativa que se remonta al Renacimiento, Leighton realizó la obra en 1895 con pinturas de aceite sobre un lienzo cuadrado y el resultado es la considerada su obra magna y estandarte del museo ponceño.

Historiadores de arte recuerdan que Leighton sufría una grave enfermedad cuando pintaba “Sol ardiente de junio”, por lo que la adelfa que muestra el cuadro pudiera representar, apuntan, una premonición de su inminente muerte.

“Sol ardiente de junio” (“Flaming June”, en inglés) es, quizá, la joya de las obras de pintura victoriana inglesa del museo, estilo que cuenta con una variada representación en la pinacoteca.

Otra pintura estrella del museo, que data de 1895, es “El sueño del rey Arturo en Avalon” (1881), la obra maestra de Edward Coley Burne-Jones (1833-1898).

Se dice que el autor británico dedicó los últimos 17 años de su vida a trabajar a diario en el óleo hasta el día de su muerte, de un ataque al corazón.

La colección del museo ponceño incluye además trabajos de John Everett Millais, Dante Gabriel Rossetti y William Holman Hunt, los tres fundadores de la Hermandad Prerrafaelita, un movimiento surgido en 1848 en Inglaterra en oposición al academicista de la Royal Academy of Arts. El prerrafaelismo incluye a poetas y críticos ingleses que propugnaban el regreso al detallismo y al colorido de los primitivos italianos y flamencos anteriores a Rafael.

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