Museo Picasso de París REAPERTURA

Museo Picasso de París REAPERTURA

El Museo Picasso de París, ya que existe uno muy importante en Barcelona, es la expresión del sentido francés de la museología y del arte. Está ubicado en una casa palaciega del siglo XVII, en la que se encuentra la colección mejor curada y comisariada del genio español.

El conjunto de la colección presenta un universo ecléctico y contrastado de este virtuoso de la pintura del siglo XX. Estamos frente a un patrimonio de obras coloridas y contrastadas en salones totalmente renovados y presentados con una lógica cronológica temática de la mayor colección del maestro.

Es obvio que si este inmenso genio del pasado siglo tuvo en su temperamento y personalidad la sangre y la luz andaluzas, también es cierto que Francia forjó la construcción de su pensamiento intelectual y político, así como la confirmación de su vocación artística heredada de los impresionistas franceses, sobre todo de Cézanne.

Es en París donde el maestro expresa y confirma su fuerza y su mundo visual. Pablo Picasso llega a París con diecinueve años, el 27 de febrero de 1900, en plena efervescencia de la exposición universal en la que expuso una pintura. Cuando llega a la Capital de las Luces, ya le habían identificado en Barcelona por su agilidad en los retratos y el tratamiento del espacio y de las formas. La colonia española tenía vista y muelle en la capital francesa. Montmartre y Monparnasse se animaban del ánimo ibérico en sus tabernas, bistrós y cabarets.

París será para el pintor una plataforma de libertad, pues en los talleres de artistas, bajo los techos parisinos o en los almacenes de fondo de patios, los modelos son de fácil acceso y por lo tanto los artistas citan chicas frente a sus caballetes para trabajar tanto de día como de noche, modelando y posando su belleza anatómica, como ocurrió tanto para Utrillo, como para Picasso, entregándose y poseyéndose ambos con la perfección del modelo y la pasión de la amante, en las personas de Germaine y Odette, cabareteras, bailarinas de noche y musas de día…

La colección del Museo pone en relieve toda la biografía parisina y la evolución de su obra a través de los tiempos y de las circunstancias, con mucho sentido curatorial y precisión académica.

Picasso recibió del mundo artístico frances la mayor admiración y solidaridad por encima de su pensamiento político y temperamento, fue acogido con mucha distinción por la izquierda democrática y por el partido comunista francés, que lo consideró como su representante artístico y cultural por muchas décadas, integrándolo en todos los encuentros internacionalistas de artistas e intelectuales por la paz, siendo Picasso una de las banderas fundamentales del Movimiento pour la Paix.

El abanico estético de Picasso se hizo sublime en París con el descubrimiento de las máscaras africanas y en su taller del Bateau Laboir estuvo rodeado de fetiches de África negra que dieron una nueva dirección a su obra y que a partir de 1908 se libera de los esquemas del arte occidental para simplificar hasta el extremo las formas geometrizadas. Esa es la razón por la que los rostros de las señoritas de Aviñón se parecen a la estatuaria africana. Con esa nueva geometría en las formas humanas, Picasso domina todas las revoluciones del arte de las vanguardias, la colección presentada en el Museo de París pone en evidencia toda la escuela picassiana que indiscutiblemente nació por la influencia de Cézanne, Gauguin y también Van Gogh. Pero este niño pródigo se nutrió de mucho trabajo intelectual, de muchas lecturas y supo, en su genialidad, combinar la tradición artística con la revolución vanguardista.

La colección de este museo convence al público de una estética pero también una ética expresada en el arte. El pensamiento político de Picasso se manifiesta también en sus ideas cuando declara abiertamente “Lo que me interesa es el drama del ser humano. Todo lo demás es falso”. Como también “¿Qué sería una tela sino una señal?”.

Picasso marcó grandes giros pero lo más importante fue su antifascismo convincente y de él nos queda el lenguaje de la paz a través de la paloma y también la sublime obra de Guernica que marca definitivamente con la imagen el horror de las guerras civiles.

La colección pone en evidencia todos los períodos azules, rosados, pero también todos los medios utilizados: dibujo, escultura, cerámica, decorados teatrales y de opera; porque este maestro que dejó una obra colosal al mundo fue ante todo un investigador incansable, un trabajador sin límites, un hombre que hizo de su obra el punto central de su vida declarando “Mientras los demás hablan, yo trabajo.”

El presidente del Museo Picasso de París se rodeó en este establecimiento público de un equipo de cien personas y de cuatro conservadores encargados de mantener una colección de 5,000 obras para dirigir la vida de este museo cuyo objetivo es de estudiar la influencia de Picasso sobre los artistas de hoy. Para llevar a cabo tales proyectos Laurent Le Bon entiende que el Museo Picasso de París tiene que ser el punto y lugar de animación e investigación picassiana y nutrir así el coloquio que se está organizando sobre el maestro para finales de marzo del 2015.

Este mes de septiembre se celebrarán los 30 años del museo con una seguidilla de convocatorias que pondrán en evidencia para el público general los aspectos más agudos del proceso creativo picassiano. Picasso nos deja a través de su obra una fuerza inigualable que arrastra como una ola la continuidad de la genialidad de los grandes maestros españoles.

Cuando miramos la Infanta y las Meninas de Velásquez de 1956 y vemos la obra de Picasso de las Meninas en el taller de Velásquez, entonces captamos toda la influencia de los clásicos en su obra pero también todo el respeto de Picasso hacia los clásicos que el reivindicó siempre. El museo llevará al público los aspectos también de la personalidad del artista desde su llegada a París, sus relaciones con los poetas surrealistas y también con sus encuentros con artistas de origen ruso, holandés, polaco y también americanos que organizaron una auténtica pandilla alrededor y con su amiga Gertrude Stein.

La obra de Picasso es el testimonio de los grandes movimientos éticos, estéticos y políticos de la primera mitad del siglo XX. En este sentido, el Museo Picasso de París es un taller artístico entregado al público del más fecundo de los maestros del siglo XX. Tenemos en esta colección la muestra de que una obra es también el testimonio de una época. El Museo Picasso de París es el mayor tesoro que Picasso y sus herederos pueden entregar a la humanidad. No se lo pierdan.

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