Música clásica de la urbe a lo rural

Música clásica de la urbe a lo rural

A pesar de la época moderna en que vivimos y las riquezas tecnológicas que nos ha brindado este siglo, que ponen en muchas manos la oportunidad de descubrir y aprender sobre la cultura universal, aún existen lugares donde la música clásica es considerada para gente “rica” y “fina”.

Pero Darwin Aquino, este joven violinista y compositor que lleva 10 años como director de la Sinfónica Nacional Juvenil, se ha propuesto quitar el sello de exclusividad que muchas personas creen que aún tiene la música clásica.

Aquino junto con la Sinfónica Nacional Juvenil está realizando un proyecto de orquestas barriales que tiene como objetivo principal brindar nuevas oportunidades a niños y jóvenes en diversas zonas del país.

Con orgullo el director cuenta que “ya tenemos orquestas en el barrio Las Cañitas, en el batey Colón de San Pedro de Macorís, el reformatorio de menores de San Cristóbal, en la Plaza de la Cultura de Bonao y otras iniciativas alrededor del país inspirados en el sistema de orquestas de Venezuela”.

Apuntó que “el trabajo que se ha hecho es buscando la manera de que la música clásica, la música sinfónica y las orquestas, sean una herramienta de desarrollo social, educativa y de formación para los niños y jóvenes”.

Y es que a muchos niños y jóvenes de barrios marginados también les llama la atención algún instrumento clásico y les gustaría aprender a tocarlo, o tal vez sueñan con ser director de orquestas, pero estos sueños se ven frustrados por las precariedades en la que viven. Y la verdad es que no es fácil para los padres pagar estas clases por lo costosas que salen, por eso Aquino y otros profesores se trasladan a estas zonas a impartir las clases.

El director resaltó que “este es un trabajo de mucha gente, hay un equipo de profesores y otros directores y de distintos grupos orquestales de varios puntos del país”.

Aprendizaje. Darwin cuenta que este primer contacto que hacen los chicos con los instrumentos, se da de una forma muy orgánica. Primero se les presenta cada instrumento -los cuales son donados por alguna institución- con una demostración de los profesores. “De manera natural los niños se inclinan por uno o por otro ya sea por como suena, a veces hasta por su aspecto físico o por que les gusta la pieza que el profesor toca ”, explicó.

De este programa han aprendido muchos niños a tocar el instrumento elegido y algunos, debido a su destreza han llegado a ser solistas, directores y asistentes en la Sinfónica Nacional Juvenil, mientras que otros han continuado sus estudios en el extranjero.

Actualmente Darwin está realizando una Maestría en Dirección Orquestal en La Universidad Internacional de la Florida en Miami, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura.

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