MUSICA MAESTRO
Apuntes sobre Wilfrido Vargas

MUSICA MAESTRO<BR><STRONG>Apuntes sobre Wilfrido Vargas</STRONG>

POR ALEXIS MÉNDEZ
Osadía:

A Wilfrido lo he distinguido por ser osado. Su merengue innovador, fue lo más revolucionario que había llegado después de la explosión del “Combo Show” de Johnny Ventura.

Traía una estructura diferente: Coros al principio del tema, algún pasaje musical en otro estilo, más de una voz interviniendo como solista, trompetas y saxofones agresivos e iniciando como si fuera la tercera parte del merengue, etc. Además, le dio velocidad, más velocidad; tanto que los que bailaban “Amorío” de Angel Viloria querían crucificarlo.

Nuevos Códigos:
Lo cierto es que a partir de 1972, Wilfrido Vargas llegó con nuevos códigos que iban desde la moda en el vestir y lucir, hasta los arreglos, pasando por la forma en que los músicos se movían en el escenario o se destacaban en las grabaciones.

Wilfrido impuso, entre los jóvenes, el enorme “afro” que guío su imagen en la época en que había formado el grupo “Los Beduinos”. Con aquel “afro” lo ví. Es la única vez que lo he visto personalmente: Un recuerdo en sepia me ubica caminando, un domingo en la mañana, por las calles de Santo Domingo. Iba con mi tío Wilfredo y sus amigos para Radio Televisión Dominicana, hoy CERTV. Nos desplazamos desde el Ensanche Espaillat, hacia Villa Consuelo para ver el Show Televisivo de Wilfrido Vargas donde su agrupación tocaba en vivo. Ese mismo día también recuerdo haber visto la presentación de “Los hijos del Rey”, grupo que él había formado, testimonio fiel de su vena empresarial.

A pesar de mi corta edad, recuerdo al Wilfrido que lucía imponente. También recuerdo haber visto a Vicente Pacheco, a Sandy Reyes, a Guancho Viloria y a Víctor Waill. Todos llevaban zapatos de taco alto (Zapatacones), pantalones “Campanas” y el famoso “Afro” que enloquecía a la juventud de ese tiempo.

El merengue Wilfridiano:
Dentro de los cambios estructurales que llevaba el merengue de Wilfrido está la implementación de los “solos”, un detalle que le daba protagonismo a los músicos de la banda, algo poco inusual en el ritmo dominicano. En “Las Avispas”, por ejemplo, se destacan el piano de Sonny Ovalles y la trompeta de Kilvio Fernández.

Esa es la característica principal de lo que yo llamo “El merengue Wilfridiano”, que fue el más popular de la década de los 70s. Las agrupaciones que él formó, fueron las primeras que lo acogieron: “Los Hijos del Rey”, “Tercera Brigada”. Otras como “La gran Orquesta” y  “Bonny con Kenton” también lo hicieron suyo.

Inserción en la Fania…en la salsa:
Ya había hablado de agresividad. Así era su merengue, como la salsa que en esos años estuvo de moda. De hecho, Wilfrido fue un ingrediente más de la salsa. Formó parte de esa locura colectiva cuando a final de esa década Karen Record, el sello para el cual grababa, se convirtió en subsidiaria de Fania, con asiento en la República Dominicana.

A partir de ese momento el merengue entra en el movimiento salsero con un verdadero representante, aunque ya los salseros habían hecho sus “merenguitos”.

A partir de entonces, de la mano de Fania, sus discos lograron empuje internacional. Además se involucró en las estrategias que con frecuencia utilizaba aquel emporio discográfico para promocionar sus artistas, como el hecho de ponerlo a grabar con Pacheco: “Ay María Luisa/ amarra el perro/ que se mete en la casa de Roberto Roena/ y se lleva el cencerro”. El merengue “Amarra el perro” forma parte del álbum “The Artist”  de Johnny Pacheco, editado en 1977.

También fue invitado, en su faceta de cantante, para participar en el concierto realizado por las Estrellas de Fania en Cuba, el 3 de Marzo de 1979. El disco “Habana Jam” recoge el momento en que Wilfrido, en el marco del tema “Mi Gente” de Héctor Lavoe, improvisa un fragmento del “Barbarazo”: “Ese Barbarazo acabó con tó”.

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